MADRID 12 Ene. (OTR/PRESS) -
Lo de menos es que las pancartas "oficiales" de la manifestación hayan sido confeccionadas en el mismo taller en el que se fabricaron las del "No a la Guerra" y "Aznar Asesino"; al fin y al cabo en algún lugar tenían que hacerlas. Ya es significativo, sin embargo, que sean los mismos impresores los encargados del hule y la tinta con la que grabarán el incompleto lema "Por la paz. Contra el terrorismo", que portarán dirigentes del PSOE, IU, CCOO, UGT y los habituales "abajofirmantes" y "pancarteros" que tanto se significaron contra Aznar en tiempos de Irak y Prestige.
Aún así, nadie puede dudar de que todos queremos la paz y todos anhelamos el fin del terrorismo. Pero la paz solo es posible buscarla cuando previamente hay una guerra y España dejó de guerrear el siglo pasado allá por el 39. Las palabras importan tanto como los gestos y si aquí no estamos en guerra ¿porqué nos empeñamos en seguir hablando de paz?. La perversión del lenguaje y la manipulación de las palabras es una consecuencia mas de la forma sectaria y partidista con la que algunos entienden el ejercicio de la política. No hay un problema de paz en España sino de libertad y no hay mas bandos que el de los terroristas que matan y el de las víctimas inocentes.
Hay paz y sigue sin haber libertad siete años después del 2000 cuando Zapatero, Blanco y Méndez se fotografiaron junto a Mariano Rajoy al término de otra manifestación en la Puerta del Sol de Madrid cuyo lema rezaba "Por la libertad"; esa libertad que todavía no tienen miles de ciudadanos en el País Vasco para expresarse y moverse sin sufrir las amenazas y agresiones del "nazionalismo" anti español y terrorista. Es incomprensible que se haya escamoteado la palabra libertad en la leyenda del lema principal de la manifestación del sábado, lo decidieran los dirigentes de UGT o el "sunsum corda" , como demandaban las víctimas, el Foro de Ermua y el PP, salvo que la omisión persiga como se sospecha la marginación de quienes se opusieron desde el minuto uno al fracasado "proceso de paz" de Zapatero. Una inflexible e intolerante decisión que ha tenido como consecuencia la negativa de populares y víctimas a apoyar una convocatoria que habría resultado de "alto riesgo" por las posibles provocaciones y enfrentamientos, en el supuesto de que los populares y las víctimas se hubieran sumado a la misma con sus propios lemas, como se barajó.
Insisto, hay paz y sobran los terroristas de ETA, cuyas siglas, casualmente, ni se mencionan en las pancartas de Madrid y Bilbao, permitiendo a la ilegal Batasuna, en un alarde de escandaloso cinismo, apuntarse a la manifestación de Ibarreche sin haber condenado previamente el atentado contra la T 4 y menos a su brazo criminal.
- Antonio Jiménez.