MADRID 6 Mar. (OTR/PRESS) -
Si los dirigentes socialistas de ayer y de hoy, incluidos los decepcionantes González y Bono, dedicaran sus esfuerzos y desvelos a convencer a la indignada ciudadanía de la excarcelación del etarra De Juana en vez de cargar la suerte contra Rajoy y el PP, igual podrían amortiguar la caída electoral que las encuestas auguran al PSOE mientras no amaine la tormenta política desatada por la lamentable y provocadora decisión de Zapatero.
El gobierno de Zapatero aparenta no importarle tanto que la opinión publica mayoritariamente, votantes socialistas incluidos, haya entendido la excarcelación del etarra en términos de cesión a un chantaje, como el rechazo, la crítica y las movilizaciones contra la medida del principal y único partido de oposición en España. Entre la laboriosa De la Vega , el sacrificado y fiel Rubalcaba y el histrión José Blanco, han agotado el muestrario de adjetivos para descalificar a Rajoy o al PP.
Es evidente que Mariano Rajoy es "el líder de la derecha peor valorado de toda la democracia", según recuerda la vicepresidenta del Gobierno, porque no ha hecho causa común con Zapatero en su claudicante "proceso de paz" y en la reforma constitucional emprendida por la puerta falsa de la modificación de los estatutos de autonomía. Los reiterados y desesperados ataques contra el PP por la convocatoria de la gran manifestación que movilizará a cientos de miles de personas el próximo sábado en las calles de Madrid, sugiere el apreciable coste político que el Gobierno de Zapatero y el PSOE empiezan a percibir por el caso De Juana Chaos.
No hay razones humanitarias o legales suficientes para justificar que un gobierno se pliegue a las exigencias de un convicto de 25 asesinatos y salga antes de cumplir el último año y pico de cárcel que le quedaba. Y menos cuando el terrorista sigue sin arrepentirse , pedir perdón o sentir algún remordimiento. Blanco anuncia la inminente puesta en circulación de otro vídeo de su acreditada factoría de ficción para echárselo a la cara al PP. Si el contenido es tan objetivo y cierto como el último filme editado en Ferraz, o como su hipócrita apreciación sobre la intuición, exenta de conocimiento, aseguró, del ministro de Industria Joan Clos sobre las intenciones de Enel en Endesa, asistiremos a otra apoteosis de la manipulación informativa y política puesta al servicio del poder.
Aznar no cedió nunca a chantaje alguno de ETA, como demostraron el terrible asesinato de Miguel Angel Blanco y el largo secuestro de Ortega Lara, liberado por la Guardia Civil, ni su gobierno excarceló a etarras que no fueran víctimas de enfermedades sobrevenidas, algunas terminales, durante su reclusión. Todo lo demás son patrañas, intoxicaciones y "cocinadas" cintas de vídeo para maquillar la deplorable actuación de Zapatero ante el pulso del etarra de Juana Chaos. Antonio Jiménez.