Actualizado 16/07/2013 14:00

Antonio Pérez Henares.- La candidata de Rubalcaba es la Soraya de los otros.

MADRID 16 Jul. (OTR/PRESS) -

La frase es de un joven periodista español en EE.UU , Ángel Villarino, quien, con el refresco mental de la distancia del tablero y el tumulto, ha dado en el clavo de nuestro actual momento: "Sólo hay una cosa más inquietante que el actual gobierno español: sus alternativas". No he leído ni oído mejor análisis en columna alguna ni en ninguna de las innumerables tertulias que escucho o incluso participo.

Tras el reiterado y fallido chantaje, directo y mediático, Luis Barcenas, en la cárcel, ha puesto en marcha la venganza. El objetivo es Rajoy, su gobierno y el partido del que fue gerente y tesorero durante 20 años. En sede judicial, tras haberlo hecho antes ante elegidos recaderos donde exhibía lo que negaba tras haberlo filtrado el mismo, ha materializado al fin sus amenazas y entregado a Ruz lo que son las pruebas o "sus" pruebas de lo que afirma. Ante ello le toca, ahora ya sí, a la Justicia determinar que hay en ello de delito y de responsabilidad en los señalados.

Ha tirado de la manta. O, mejor dicho, de todas las mantas menos de la suya y la de los suyos. O sea, el presunto "arrepentido" confiesa la supuesta culpa de todos pero sin comenzar por la preceptiva, previa e imprescindible confesión de la suya, los ingentes dineros acumulados y escondidos, la forma de conseguirlos y su conexión y hasta dirección y control con la banda de la Gürtel. Pero al margen de esto, y a pesar suyo, ello no es óbice para que se investigue y se actúe en la licitud o ilegalidad de los otros dos aspectos señalados: los supuestos sueldos o sobresueldos de dirigentes de diversas escalas del PP, incluida la cúpula y el presidente, y la financiación fraudulenta durante un continuado espacio de tiempo. De haber indicio o pruebas de responsabilidad y delito será la justicia quien habrá de proceder a las respectivas inculpaciones y los inculpados a los que tocara defenderse si esto se produce.

Pero más acá, en este caso, de lo judicial está lo político. El Gobierno y hasta el propio Rajoy ya han dejado claro que no tienen ni la más mínima intención de renuncia ni dimisión alguna. La oposición también ha respondido. Y es aquí donde la frase del joven colega hoy aparece como definitoria de nuestro horizonte.

Porque sin duda es más que intranquilizador el brete, la trocha o el pantanal en que están metidos el ejecutivo y su partido. Pero lo que pretende asomar como alternativa es todavía más preocupante. ¿El desplome de Gobierno a que nos conduciría?

El PSOE y el amortizado Rubalcaba, con caducidad a la que resta tan solo poner fecha, amagan con una moción de censura. Pero como se ven sin fuerza, ni votos, ni candidato, que no acaban de atreverse, vamos, lo que hacen es pretender que sean los que pretenden censurar quienes les allanen el camino y presenten una moción de confianza. O aún mejor, cogiendo ya el atajo más total, que el presidente dimita y sea el Partido Popular quien presente un nuevo primer ministro. En resumen que el candidato, en este caso candidata, de Rubalcaba resulta ser Soraya, pero no la suya, la Rodríguez, sino Saenz de Santamaría, la del contrario. La actual vicepresidenta del gobierno, para que nos enteremos. Eso propone quien como medida estelar ha proclamado que "rompe relaciones" con el PP, que suena a cosa sentimental, como de novios regañados o a eso que se hace en los pueblos, el ostracismo de aldea: "yo con ese no me hablo". Porque de elecciones ni hablar. En ello es en lo único que coinciden con el PP. Ni verlas.

Eso quien lo quiere es Izquierda Unida, que lo tiene claro y a quien junto, a UpyD, también por la moción, es a quien más interesa confrontarse ahora con las urnas. ERC, fiel a su estilo y propósitos se apunta al bombardeo pero el mejor estrambote lo ha escenificado su socio CiU en su deriva independentista: apoyamos a quien sea si nos garantiza el referéndum secesionista.

Así que sí. Resulta que lo que en este momento más puede apuntalar al atribulado y cuestionado presidente y su gobierno son precisamente sus contrarios y algunos de sus más íntimos enemigos.

Contenido patrocinado

Foto del autor

Antonio Casado

La sentencia

Foto del autor

Francisco Muro de Iscar

De escándalo en escándalo hasta la traca final

Foto del autor

Rafael Torres

Kafka al fondo

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sexo en el Congreso de los Diputados