Actualizado 28/07/2009 14:00

Antonio Pérez Henares.- Humo negro.

MADRID 28 Jul. (OTR/PRESS) -

Llega agosto y la fumata no es blanca sino muy negra, como el humo de los incendios que nos vuelven a arrasar España entera. En vez de un gran pacto nacional para afrontar una situación de absoluta emergencia aquí lo que tenemos es una zapatiesta monumental donde la preocupación esencial parece ser el encontrar a quien echarle la culpa y sacar rédito electoral y donde el presidente ha acabado por perder hasta el talante famoso que dicen que tenía.

Se cierra el trimestre, que se suponía bueno para el empleo, con una media de 1.400 puestos de trabajo perdido por día y hay quien ve en ello "brotes verdes" porque en el anterior se perdían el triple. Y el semestre que nos aguarda para completar el nefasto 2009 amenaza con ahondar aún más la catástrofe. Porque 4,2 millones de parados que van a cruzar las línea de los 4,5 y se van a acercar a los cinco millones al acabar el año son una catástrofe sin paliativo alguno y no es en absoluto actuar como agorero catastrofista el apuntarlo sino tener los pies en la realidad y los ojos abiertos ante la evidencia. Algo que parece alejado de nuestros gobernantes, nuestros políticos, nuestros sindicatos y nuestros empresarios, aunque a estos últimos, convertidos en los nuevos "malos" de la película ya les ha caído toda el agiprop en contra y da hasta reparo en añadirles estopa. Pero culpa tienen y no es la menor no decir de una vez a que se refiere con su Reforma Laboral, no concretar sus posiciones y dejar correr la especie de que lo único que pretenden es el despido libre y sacar esa tajada futura de la actual crisis.

Un humo negro, espeso, es lo que cubre el horizonte allá por donde quiera mirarse. Un humo que cada vez impregna más nuestra vida cotidiana por más que sigamos riendo en las fiestas veraniegas y disfrutando, los que pueden, del rumor refrescante de las olas. Este es un pueblo con la máxima de al mal tiempo buena cara pero eso no significa que el tiempo sea horrible. Que lo es.

Nunca más que ahora, desde la época de la Transición, se ha necesitado política de Estado y políticos que miren más allá de intereses partidistas y electorales. Y nunca se ha actuado con mayor sectarismo y con miras mas cortas. El Gobierno y el PSOE instalados en su optimismo avestrucista del ya escampara y entonces resucitaremos y el PP enredado y paralizado por la madeja del caso Gurtel esperando que ZP se cueza en su propio caldo. Y mientras la humareda del paro y el deterioro de nuestra economía lleva camino de dejarnos atufados para toda la siguiente década.

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