Actualizado 15/09/2007 02:00

Antonio Pérez Henares.- Nacionalismo: el odio al 'otro'

MADRID 15 Sep. (OTR/PRESS) -

La esencia del nacionalismo, tanto filosófica como emocional, no se define ni se estructura tanto como amor por lo propio sino, y esencialmente, como odio, confrontación y exclusión de "lo otro". Historia, geografía y lengua se utilizan como armas arrojadizas. Son la fuente del agravio. Lejos de visualizar los elementos de contacto y cercanía , estos se suprimen, poniendo todo el énfasis en aquello que suponga enfrentamiento y conflicto.

Lo sucedido con las lenguas vernáculas de Cataluña. Galicia y País Vasco es ejemplarizante. Con el franquismo y su exacerbado nacionalismo fascista se persiguieron esas lenguas intentando imponer en exclusiva. El nacionalismo exacerbado, sobre todo en Cataluña, pretende ahora imponer en exclusiva el catalán . Imposición y exclusión son las señas comunes. No se 'ama' al catalán, se odia el castellano. Se intenta su exterminio.

Esos mismos parámetros se aplican a historia y a la propia geografía hasta crear unas generaciones educadas en el "odio" al otro.

El elemento esencial , porque esta ligado al sentimiento, son los símbolos. La pauta es la misma. Excluir al unitario, imponer el excluyente. Se percibe un himno o una bandera con la 'emoción' de que elimine a la otra . La anulación, la desaparición de los símbolos españoles unitarios son algo perfectamente orquestado. No es una cuestión baladí. Se trata de imponerla como hecho, que después vendrá el Derecho, para hacer desaparecer el Estado, lo común. Tiene una razón , una estrategia y una motivación política. No vale con decir 'total, qué importa', política de apaciguamiento y ceguera suicida que han llevado a cabo no pocos socialistas. Que llevan hoy mismo. La vergüenza de la patria común, de sus símbolos, de su lengua, de su cultura, de su historia común , su humillación continua o como poco su abandono y dejación . Los nacionalistas saben que eso si importa y desde luego ellos inundan el vergonzante vacío, el territorio abandonado. A veces, muchas veces, hasta el ridículo más absoluto , provinciano y aldeano , hasta paroxismo histriónicos y en los que para nada puede ni pensarse en competir.

La semana ha estado, en este aspecto, repleta de pésimas noticias. La peor ha sido el abandono de la voz y personalidad más sensata del nacionalismo vasco : José Jon Imaz. Mas allá incluso, la más novedosa y superadora pues había cambiado radicalmente el discurso en su fondo. Porque si alguien pretendía cambiar radicalmente ese principio consustancial de enfrentamiento y el agravio con el 'Otro' estaba siendo él. No se trataba de confrontar, ni de imponer ni de odiar decía, sino de seducir a España, de hacerse querer en su diversidad y ser querido por ello. Era una esperanza. Era toda una revolución en el anquilosado e inmóvil pensamiento nacionalista. Es la peor noticia para el futuro del País Vasco y de España.

Antonio Pérez Henares.

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