Actualizado 04/05/2010 14:00

Antonio Pérez Henares.- El PSC: un peligro para el PSOE y para España.

MADRID, 4 May. (OTR/PRESS) -

En medio de la catástrofe económica la política pasa a un segundo plano que a veces nos pasa desapercibida. Pero algunos de sus avatares pueden tener consecuencias muy graves para el futuro, y no sólo de sus protagonistas, sino de la propia vertebración de España. Lo que lleva un tiempo sucediendo entre el PSC y el PSOE es, a mi humilde entender, uno de los asuntos que peores consecuencias están trayendo y que peores aún pueden traer.

La situación es cada vez más nítida y clara. Los llamados socialistas catalanes se escenifican cada vez menos como una parte del PSOE y empiezan ya a no guardar ni siquiera las formas de una supuesta "fraternidad". La declaración del jefe de campaña electoral de que no querían ver a Zapatero por allí, aunque fuera después corregida, tiene un enorme significado. Y demuestra una vez más cual es la manera de percibirse y proponerse ante la sociedad catalana, aunque los miedos a una base emigrante y "charnega" frenen o maticen la puesta en escena.

En la práctica sucede algo muy sencillo. El PSC influye y hasta determina la política y los hechos del PSOE. El PSC tiene en el conjunto del PSOE no sólo tiene palabra, opinión y voto sino ministros y hasta capacidad hasta de torcer o decidir decisiones y marcar los rumbos. Pero el PSOE no tiene nada que opinar ni que decir. Ni se le admite.

Ello es así y cada vez más así. Quedan tan sólo un par de pasos que alguien ya amaga y que alguno no tardará en dar. Aunque tenga en sí mismo la contradicción de haber nacido cordobés y deber todo a quien de cada vez más abjura.

Pero es lógico y es tan sólo la traslación de lo que como territorio lleva haciendo o intentando hacer Cataluña en España. Bien claro lo dejo Maragall: ya no hay apenas nada del Estado en Cataluña. Y que no haya nada o tan sólo unas "raspas" es lo que pretende el nacionalismo, al que se han pasado los dirigentes socialistas y donde han logrado hacer cruzar a sus bases y votantes. Dicho en román paladino una verdadera traición a orígenes y principios socialistas. Más dolorosa aun si cabe porque ha sido la coartada perfecta, el plus y la pátina progresista que el nacionalismo necesitaba.

Con ello se logra, se ha logrado ya en buena medida, algo tan inaudito como efectivo y ya "normal". Cataluña influye y decide en España pero España no tiene ni derecho a rechistar en Cataluña y de ello es una prueba más la delirante pero votada resolución de que el Tribunal Constitucional debe callarse y someterse a esa voluntad que ellos ya entienden como plenamente soberana.

Tiene toda la razón Rosa Díez cuando señala a Zapatero como el artífice de la destrucción del PSOE como un partido nacional, como un partido de voz estatal que desde su óptica vertebraba España. La prueba del nueve, y no es ni pequeña ni anecdótica sino definitiva, es la creciente deriva del PSC. Algunos que tenemos memoria recordamos cuando eso mismo le comenzó a pasar al PCE con el PSUC. Pero esto, dado el diferente peso especifico, es mucho más trascendente. Lo es para el Gobierno, lo es para la organización hegemónica y absolutamente mayoritaria de la izquierda española. Lo es, y eso sí que es preocupante, también para el conjunto de España.