MADRID 19 Nov. (OTR/PRESS) -
A falta de pan buenas son encuestas. De eso se alimentan los mentideros políticos y los cántaros de las lecheras. Que no son otra cosa que pájaros volando hasta que la urna diga los que de verdad están en la mano.
Quizás por eso sorprendan algunas euforias que incluso demoscópicamente no tienen demasiada base. El bipartidismo está en baja. Es indudable. Pero las emergencias no son tan poderosas como para vislumbrar siquiera "sorpasos" a la griega, como el sufrido por el PASOK a manos de Sirias, el equivalente a nuestra IU ni menos aún desplomes absolutos como aquel de UCD en el 1982. Los dos grandes, desangrándose -el PSOE ya se quedó en los huesos- aguantan en cierta forma. Y ese tercer partido no acaba de aparecer en el horizonte.
Izquierda Unida, si hacemos caso a los sondeos, ocuparía el tercer lugar de la lista, pero, y ese ha sido siempre su esencial problema, no se percibe por buena parte de los votantes como algo autónomo sino siempre y en cierta manera supeditado al "hermano rico". Eso lo detectó Anguita y lo repetía el otro día. Y sin esa "independencia" IU siempre andará supeditada a un techo y a un cierto papel subsidiario.
El "tercer partido" podía venir por otro lado, por esas franjas de UPyD y de Ciudadanos. Pero aquí también hay un problema que por mucho que se jalee alguna figura empieza a detectarse fatiga y una desconfianza creciente en quienes podrían apoyarle. Se empiezan a ver plumeros y a hacer memoria.
Gorriarán, de ese "núcleo duro" cada vez más cerrado alrededor de la omnipresente Rosa Díez decía al conocer los sondeos algo que tiene muy verdad pero que refleja un enorme déficit: "Las encuestas nos dan tal cantidad de escaños que vamos a tener que pedir voluntarios para ocuparlos". Muy cierto, porque quizás lo que no tengan sean candidatos. Es una líder, una imagen y unas sigla, una imagen, pero resulta que la militancia no solo no aumenta sino que, extrañamente con las perspectivas, se da de baja. Y hay más si se quiere fijar uno.
En realidad las encuestas del CIS a esa misma que tanto les alegraba no solo no dan ya crecida sino retroceso con respecto a las anteriores, aunque sus ganancias desde donde vienen serían substanciosas. Pero la crecida empieza a rebajar nivel e ímpetu. La encuesta de El País, si a la cifra nos atenemos, confirma este aspecto.
¿Y cual es la razón?. Albert Rivera, a punto de dar el salto y provocar corrimientos en toda esa franja, ha señalado lo que muchos sospechan. Que si no se ha producido un acuerdo serio, si ha sido imposible un pacto con Rosa Díez, si no ha podido avanzarse en ese "Tercer Partido" es porque la respuesta ha sido una y hasta tres veces el desprecio más soberbio a la propuesta. Que quizás ahora, viendo aparecer al joven político en el horizonte y en los territorios donde ansia tener poder y llaves no sea tan despectivo pero que será sin duda mucho más difícil.
Los presuntos votantes de UpyD señalaban en la encuesta de Sigma dos para El Mundo que desean vivamente ese acuerdo rechazado por la cúpula orgánica del partido por el que simpatizan. La propia respuesta indica una cierta desazón en todo ese segmento. Estoy deseando ver cuando en próximos sondeos nacionales se decidan a incluir la posibilidad de poder votar las otras siglas, las de Cs. Pueden bajarse muchos humos. Aunque conociendo a la señora Díez no se si será suficiente.