Actualizado 18/10/2006 17:05

Carlos Carnicero.- Ataque al Defensor del Pueblo

MADRID 18 Oct. (OTR/PRESS) -

Para apoyar la tesis de que Enrique Múgica se habría extralimitado en sus funciones como Defensor de Pueblo y, en consecuencia, pedir su revocación -un proceso difícilmente ajustable en las leyes que regulan el funcionamiento de la institución-, el diputado de IU, Joan Herrera, aduce que el veterano político habría tenido una actitud "partidista y negligente", en relación con el Estatuto de Cataluña. Afirma el diputado de IU que Enrique Múgica "está haciendo mucho daño a Cataluña", se supone que, entre otras cosas, por la presentación de un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, que no le habrá parecido tan disparatado a la alta institución cuando lo ha admitido a trámite.

La iniciativa de IU tiene una gravedad extrema, no tanto por lo que significa de ataque a la independencia del Defensor de Pueblo, institución que esencialmente está diseñada para enfrentarse al poder en defensa del ciudadano, como por la ideología subyacente en esta iniciativa. ¿A qué Cataluña estaría haciendo daño el Defensor del Pueblo con su actuación? La identificación de los intereses de un país con una determinada concepción política y la exclusión de cualquier otra, es una de las sintomatologías más claras del nacionalismo autoritario, que entiende que la definición de la patria y la de los propios ideales son solo consecuencia lógica de un pensamiento monolítico, en donde no se adivina donde empiezan las convicciones personales y donde terminan las colectivas.

Se podrá estar de acuerdo o no con la actuación de Enrique Múgica; se podrán comprender o no sus iniciativas, pero utilizar los intereses de Cataluña para arremeter contra el Defensor del Pueblo es un soporte que descalifica la iniciativa de IU. Se acusa a Enrique Múgica de connivencia con el PP porque las tesis expuestas en su recurso coinciden con las del partido conservador. Si los postulados de Múgica fueran coincidentes con los de la mayoría parlamentaria, ¿se estaría conforme con ellos? Resucitar la concepción de que existen enemigos de las patrias, sea España o Cataluña, y que las posiciones políticas discrepantes con las de algún grupo, o incluso con la mayoría, son una amenaza para la nación es un concepto totalitario que se compadece mal con el pluralismo político de una sociedad democrática, en la que la grandeza radica, precisamente, en el derecho a discrepar. Y si alguien, conceptualmente, está diseñado para llevar la contraria al poder es la institución del Defensor del Pueblo.

Carlos Carnicero.

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