MADRID 5 Dic. (OTR/PRESS) -
Llamar a lo ocurrido en el comienzo de este puente "huelga" es una insensatez. En un sabotaje en toda regla a los ciudadanos de este país, a la economía española y a la imagen internacional de España. Una vez más, el PP ha desperdiciado la oportunidad de dar una imagen de sensatez y patriotismo: hubiera sido tan fácil ponerse en disposición de colaborar con el Gobierno: pero lo llevan en la sangre; están demostrando ser unos vampiros de la democracia. No son de recibo las declaraciones de Mariano Rajoy ni las de González Pons intentando conducir la ira legítima de los ciudadanos contra el Gobierno.
El "estado de alarma" está plenamente legitimado y en raras ocasiones un Gobierno ha tenido tanto apoyo de los ciudadanos para que no le tiemble la mano, sean despedidos los controladores que han participado en este sabotaje y se forme rápidamente una nueva generación de controladores civilizados que no utilicen el chantaje de la seguridad aérea para ser la aristocracia de los trabajadores.
La locura que se generó ayer ni puede ser espontánea ni tiene visos de desconocer las consecuencias penales. Se trata de una sedición en el sentido conceptual y probablemente también en el jurídico. Se ha traspasado un Rubicón que no admite componendas: los que han tenido participación en estos actos salvajes lo tienen que pagar con sus despidos, por inasistencia al trabajo, y con medidas penales que se encargarán de dirimir los tribunales.
Y en consecuencia, habría que invitar a todos los directamente damnificados -viajeros, establecimientos de turismo, compañías aéreas- a que individual o colectivamente inicien acciones civiles contra quienes protagonizaron este boicot para reclamarles indemnización por los perjuicios causados.
La garantía de que un suceso como este no se vuelva a repetir es la mayor energía en la respuesta. Si quedan sin castigo, estamos condenados a que estos hechos se repitan. A partir de ahora, haber sido controlador aéreo en el puente de la Constitución se ha convertido en un estigma.