MADRID 14 Dic. (OTR/PRESS) -
Normalmente no se arriesga quien cree que lleva ventaja. Los debates en televisión tienen difícil pronóstico. Le ocurrió a Felipe González en el celebrado en Antena 3 con José María Aznar. Ni siquiera se molestó en prepararlo y salió descalabrado. Su suficiencia le jugó una mala pasada: despreció inadecuadamente a su adversario. Luego, en una segunda ronda, con los deberes hechos, el que era presidente del Gobierno sufrió para darle la vuelta al marcador en Telecinco.
En esta ocasión ha habido un compromiso inusualmente temprano. Cuando faltan tres meses para las elecciones, PP y PSOE han pactado en firme dos cara a cara entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Ninguno de los dos líderes ha tomado precauciones para adoptar ese compromiso, tal vez porque las cosas no están tan claras como se quiere hacer ver desde el PSOE y se empeña en negar el PP. Los dos líderes han decidido arriesgar, porque negándose al debate, ambos consideran que pierden más que ganan.
El resultado beneficia a los ciudadanos. Con el sistema electoral en la mano y la estructuración de nuestro sistema de partidos, solamente los líderes del PSOE y del PP tienen posibilidades de lograr la iniciativa para formar gobierno. Los demás partidos pueden llegar a jugar importantes papeles complementarios, en caso de que sus escaños sean necesarios para configurar mayorías, pero no pueden ser la figura personal. En ese sentido, los debates complementarios a los principales tienen utilidad pero no de la misma naturaleza.
Esta campaña electoral que todavía no ha comenzado apunta formas distintas. En primer lugar porque el centro político va a ser objeto de una disputa feroz, sobre todo para combatir la abstención. Y porque los antecedentes de las elecciones de 2004 determinan que algunos sucesos imprevistos pueden promover vuelcos electorales que no estaban contemplados. A partir de hoy los gurús, los sociólogos y los jefes de campaña de los dos grandes partidos ya han dado prioridad a la preparación de los debates televisivos.
Carlos Carnicero