Carlos Carnicero.- Errores (médicos y judiciales) y revisión del sistema.

MADRID 17 Jul. (OTR/PRESS) -

En España las reflexiones políticas se producen casi exclusivamente como consecuencia de las tragedias. Ocurrió con el caso de la niña Mari Luz que puso en primer plano lo que se sabía pero nadie quería ver: el colapso de la Administración de Justicia. Ahora ha tenido que ocurrir el fallecimiento de una madre y de su hija prematura, en sucesos encadenados pero independientes, los que enciendan las señales de alarma sobre el funcionamiento del sistema sanitario en la Comunidad de Madrid, que los profesionales del sector llevan denunciando su deterioro desde hace mucho tiempo, como consecuencia fundamental del proceso de privatización de la gestión de los hospitales públicos llevado a cabo por Esperanza Aguirre.

La existencia de listas de espera -que no han desaparecido frente a las promesas realizadas por la presidenta de la Comunidad- una masificación de lo sistemas de urgencias, falta de personal cualificado y la puesta en duda de la idoneidad de la organización sanitaria conducida por el consejero Guemes hacen inevitable una revisión en profundidad del sistema sanitario en donde no estaría de más que se personase, independientemente de su rápida reacción en el caso del bebe muerto- el Defensor del Pueblo.

España con un gran esfuerzo de sus profesionales de la medicina y con enormes cifras de inversión ha construido durante los últimos veinticinco años un moderno y eficaz sistema de sanidad pública que es uno de los pilares fundamentales del Estado del Bienestar. Desmontar ese sistema, reduciendo costos sin pensar en la reducción de la calidad y seguridad de los servicios, es una irresponsabilidad grave añadida por el hecho constatado de que es mucho más fácil destruir que construir.

Las muertes por presuntas negligencias médicas de la madre y su bebe, la primera por definir y la segunda indiscutible, son motivo para una serena investigación no sólo de estos dos horribles hechos en sí mismos, sino de lo que está ocurriendo con la sanidad pública en Madrid. No sería razonable esperar a que ocurra otra tragedia para poner las cartas encima de la mesa.