Actualizado 27/04/2008 02:00

Carlos Carnicero.- España, una institucionalización inacabada

MADRID 27 Abr. (OTR/PRESS) -

Casi todos los impulsos políticos confirman una institucionalización inacabada. Si la anterior legislatura estuvo dominada por la reforma territorial y el proceso de paz en el País Vasco, esta que comienza está señalada ya por el desacuerdo en la manera de financiar las autonomías.

Pudiera parecer un gran déficit que después de más de treinta años de la muerte del dictador y de la instauración de la Constitución este país ni siquiera tenga claras las reglas de juego. Sin duda lo es. España sigue sin estar vertebrada en sus conceptos básicos. Sucesos como los de Mondragón, en donde no se encuentra manera de desalojar a ANV del Ayuntamiento, debieran mover a una reflexión serena por el gusto intelectual de hacer claros en las sombras, sin ánimo de sacar partido. En primer lugar, estamos pagando el precio de no haber impugnado todas las candidaturas de ANV y de que con un criterio nunca aclarado se permitiera presentar a esta agrupación fiduciaria de ETA en algunos ayuntamientos donde además tenían la posibilidad de gobernar, como finalmente así ha sido. Luego está el espectáculo de los partidos que en idas y venidas no logran conciliar un acuerdo para mandar a su casa a esa alcaldesa indigna. Pero en el fondo de todo eso está la falta de consenso básico en los partidos democráticos vascos para erradicar la violencia de la vida ciudadana. No hay mínima institucionalidad democrática en Euskadi. Estamos pagando el precio de un proceso de paz hecho en falta de condiciones objetivas y no hay un liderazgo claro en el País Vasco que unifique a los ciudadanos en búsqueda de la paz.

Ahora viene la guerra de las autonomías. Los socialistas catalanes se alían con los populares valencianos para sacar provecho a un estatuto que estos han repudiado y que ahora acogen porque sus secuelas les benefician. Y nadie pide explicaciones por dislates tan claros que se cometen en nombre de la utilidad. Y para no tomar decisiones, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno anuncia un congreso para discutir un nuevo modelo de financiación autonómica. ¿A estas alturas otro modelo? No se atreve el presidente del Gobierno a poner orden en sus virreinatos.

¿De verdad es posible pensar que con estos entretenimientos podemos encontrar tiempo para la integración de la inmigración, el desarrollo protagónico en la Unión Europea, la influencia en un mundo globalizado y nuestra proyección transatlántica? Lo nuestro son políticas tribales en las que ni siquiera están claros los límites de las taifas.

Carlos Carnicero

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