MADRID 4 Nov. (OTR/PRESS) -
Lo conveniente es que nadie haga aspavientos y se respete el derecho del Reino de Marruecos a sus liturgias nacionalistas. Hace tiempo que había que normalizar la soberanía española sobre Ceuta y Melilla con una visita de los Reyes que simbolizara la homogenización de las dos ciudades africanas con cualquier otro rincón de España.
No importan las razones que haya sostenido el Gobierno que es quien toma la decisión de los actos oficiales del Jefe del Estado- para elegir este momento, porque en todo caso era un trámite pendiente que ahora se resuelve.
En el otro extremo de la balanza, el reino de Marruecos, independientemente de que no tenga razones históricas ni de derecho que amparen sus pretensiones sobre Ceuta y Melilla, las tiene y forman parte de sus ritos interiores por lo que es lógico que la visita de los Reyes de España incomode su orgullo nacional. Respetemos su indignación y dejemos que se sosiegue.
Por eso, en la lógica de los trámites pendientes, lo que toca es que la tormenta amaine, que las liturgias de cada parte cumpla sus protocolos y que después volvamos a un estatus de entendimiento con nuestro vecino del sur.
Haría falta que en España imperara la cordura y que nadie sobreactué con un nacionalismo innecesario ante un acontecimiento que no tiene nada de extraordinario.
Carlos Carnicero