Actualizado 23/05/2011 14:00

Carlos Carnicero.- Twitter como metáfora.

MADRID, 23 May. (OTR/PRESS) -

Ocurrió lo mismo con el telégrafo: ¿qué era eso de poder mandar noticias a distancia por medio de un cable y un pulsador? Los mensajes cortos, a veces cifrados, iban a acabar con la meditación reflexiva de la correspondencia tradicional, enviada hasta hacía poco tiempo en diligencias guiadas por mulas. La modernidad, acechando siempre las costumbres.

Ahora se ha puesto de moda desacreditar la inmediatez. Criticar lo irremediable es un remedo lleno de estulticia del afán por perfeccionarlo. Se puede ir deprisa y no ser idiota; ese es el reto de las tecnologías.

Siempre se dijo que una de las ventajas de la lengua inglesa es la capacidad de síntesis. El español es más barroco; una herramienta maravillosa para la circulación de la palabra. Pero hay algo que falla en los agoreros de la catástrofe en su mixtificación de los horrores entre Twitter y las acampadas en toda España. Estos fenómenos han vuelto a dar valor a la palabra: se celebran asambleas en la madrugada, como en el Mayo del 68, con la ventaja de que en el Mayo del 2011 "no se levantan adoquines hasta que salga la arena"; el asfalto es magnífico para hacer que la palabra ruede de una zona de debate a otra. Sin violencia, con utopía, con alegría responsable. Y si la palabra circula, porque que hay tener miedo a que lo haga a gran velocidad, si detrás de la síntesis hay lugar para un pensamiento tan complejo como que otro modelo de sociedad está al alcance de la mano y sólo depende se su articulación orgánica en la voluntad de quienes participan en la revuelta.

Twitter no es sólo un instrumento para que los amos del universo, los que no saben que hacer con el dinero de sus especulaciones, puedan epatar a sus iguales. Twitter es la metáfora de que la palabra, rápida o lenta, ya nunca más podrá ser secuestrada por los editores, porque con Twitter existen los blogs, las redes sociales y todo un universo de Democracia 2.0. El reto es llenar el ciberespacio de propuestas y contenidos, ahogando el narcisismo con la inteligencia.

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