MADRID 7 Dic. (OTR/PRESS) -
Los líderes de Europa se mueven y los mercados se relajan. La reunión mantenida el lunes por Merkel y Sarkozy es sólo el principio de un cambio radical de entender la Unión Europea. Había que salvar al euro porque le importa al mundo entero, pero había que hacer algo contundente basado en los pilares de la seriedad, el rigor y la austeridad.
Faltan pasos, claro, pero el cesto está hecho y España quiere estar. Rajoy, que ya se ha visto y se verá más con los que mandan, lo ha dejado muy claro: España va a recuperar el lugar que le corresponde y hará las tareas para estar de nuevo entre los grandes, entre los que deciden.
Desde luego lo que vamos sabiendo de lo que será su discurso de investidura, su programa de gobierno va en esa línea: sacrificios, sí, pero para salir de ésta lo antes posible.
La prueba del algodón de que por fin Europa va por buen camino es la reacción de los mercados. Las bolsas y sobre todo las primas de riesgo se han relajado y están a la espera de la cumbre de Bruselas de este fin de semana.
No obstante, lo tienen bastante más claro que hace apenas unos días, ya que los inversores han preferido esperar a los siguientes pasos antes de valorar negativamente esa advertencia de Standard & Poor's de rebajar la calificación a la deuda de todos los países del euro.
Parece un órdago sin cartas, apretar para seguir ganando, pero ahora no toca. Ahora lo que impera es la responsabilidad y las reformas que conduzcan a Europa a una zona más armoniosa, con idénticos derechos y deberes, pero con sanciones automáticas para los que incumplan. La historia es que ya no habrá más "grecias". Al que se quede rezagado, qué Dios le ampare.
Mientras, en España, entre fiesta y fiesta, ya queda menos para que tomen posesión Rajoy y sus ministros y obviamente para que empiece la toma de decisiones. Las ideas están claras de por dónde hay que empezar, de lo que es prioritario para generar confianza, crédito, actividad y empleo. Siempre con la máxima que lo empaña todo la verdad, la austeridad y el rigor.
Si se consigue con acuerdos amplios, mejor. Si no es así, no hay tiempo que perder. Rajoy lo sabe y gobernará sin perder un minuto, porque así se lo demandan los millones de ciudadanos que le han otorgado en las elecciones una amplia mayoría. Comienza la cuenta atrás para la modernización y organización de Europa y por tanto para la mejora de la situación en España. En breve, el contador se pondrá a cero.