Actualizado 20/09/2009 14:00

Carmen Tomás.- Desde el parqué.- Cinco máximos consecutivos

MADRID 20 Sep. (OTR/PRESS) -

La bolsa española está que lo tira. El IBEX ha cerrado una semana redonda. Todas las jornadas el selectivo ha marcado un máximo anual y ya se sitúa por encima de los 11.700 puntos. Los inversores siguen apostando por la bolsa seguramente porque no hay ningún lugar donde sacar algo de rentabilidad al dinero, que está y es mucho. Sin duda, se han valorado las declaraciones del presidente de la Reserva Federal que más o menos vino a decir que la recesión en Estados Unidos tocaba a su fin. En todo caso, habrá que esperar a la importante reunión de la semana que viene donde se espera se ofrezcan fechas a los plazos de la retirada de los planes de estímulo.

Parece todo muy idílico. Sin embargo, no faltan analistas que consideran que la bolsa española está sobrevalorada. Las expectativas para los próximos meses, quizás años, que se vienen marcando sobre la evolución de la economía española no pueden ser peores y en algún momento el mercado habrá de recoger esos malos augurios sobre crecimiento y sobre paro. Además, por supuesto, de las cifras alarmantes a las que puede llegar el déficit de las cuentas públicas, agujero que habrá que financiar, ya vemos que en parte mediante una subida de impuestos o apelando a los mercados pagando tipos altos y engordando más la bola.

Parece lógico pensar que si la bolsa descuenta expectativas futuras en algún momento habrá de hacerlo y eso se traducirá en una corrección. No hay acuerdo sobre su magnitud, pero pocos dudan de que ésta se vaya a producir. Cada vez más bancos y cajas tienen en sus activos más pisos impagados y la morosidad no deja de aumentar y puede ser oficialmente nada menos que del 7 por ciento en las Cajas de Ahorro. Los pedidos a las empresas se agotan y los cierres y los despidos aún habrán de dar más disgustos. Lo decían esta semana varios informes. España se va a arrastrar por el fango varios años y de aquí a finales de 2010 más de medio millón de españoles pasarán a engrosar las ya abultadas listas del paro. La cifra dada por la OCDE es escalofriante: podemos esperar que entre 2007 y 2010, la cifra de desempleados se acerque a los tres millones.

No hay que ser un lince para adivinar que por lógica la bolsa más pronto que tarde tenga en cuenta estas previsiones sobre España, más si tenemos en cuenta que el Gobierno está despistado, improvisando, poniendo parches y sin más idea que subir impuestos para reconducir una situación que necesita muchas más recetas y casi todas contrarias a las que se están ideando. Cuidado con las alegrías que suelen durar poco en la casa del pobre.

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