MADRID 22 May. (OTR/PRESS) -
La bolsa española acusó una semana de acontecimientos de todo tipo en la que se han mezclado asuntos sexuales, notas de las agencias de calificación, datos económicos, declaraciones absurdas y espectáculos poco gratificantes al margen de la ley. El IBEX no pudo con tanta presión y cayó en la semana un 1,25, por debajo de los 10.300 puntos. Primero, los ministros de la eurozona remataron el rescate a Portugal, ampliaron el fondo y dejaron a Grecia para más adelante, lo que sirvió para que una de las agencias de calificación situara la deuda griega a la altura del bono basura. Además, Irlanda ya habla de más dinero. Todo esto lo acusaron las bolsas, pero también el euro que ya está más cerca de los 1,40 dólares. Los inversores y el mundo entero han vivido las andanzas del director gerente del FMI al que ya formalmente se le ha acusado de varios delitos y que se vio obligado a dimitir. La guerra de la sucesión está abierta con la eurozona abierta en canal. Los emergentes quieren un hueco y los europeos luchan por mantener el pacto no escrito con los norteamericanos y seguir mandando en el FMI.
En España, con unas elecciones autonómicas y municipales que son más bien un plebiscito a Zapatero, de nuevo se ha violentado la jornada de reflexión. La masiva manifestación de la Puerta del Sol sigue a pesar de haber sido prohibida tanto por las Juntas Electorales como por el Supremo. El Gobierno no ha hecho que se cumpla la ley. El espectáculo es lamentable. El mundo nos mira atónito. Era lo que le faltaba a este país. No se cumplen las leyes elementales. Unos y otros se intentan apropiar del evento y las quejas de comerciantes y de una parte importante de la sociedad se han sucedido en las últimas horas. No hay que olvidar además que el presidente del Gobierno ha prometido que no habrá más ajustes después del 22 de mayo y que los datos del paro ya van a ser buenos. Ya veremos lo que ocurre, pero desde luego los ajustes van a ser necesarios y más si el PP gobierna en algunos feudos socialistas y el déficit oculto pone en entredicho las cuentas de Zapatero. Habrá que ver cómo reciben estas noticias los mercados, pero si se cumplen los pronósticos y Zapatero y el PSOE reciben un fuerte varapalo, la desconfianza y nula credibilidad en este gobierno puede provocar un adelanto electoral.