Actualizado 12/11/2007 01:00

Carmen Tomás.- Desde el parqué.- Llega el contagio

MADRID 12 Nov. (OTR/PRESS) -

La bolsa española rompió el viernes siete semanas consecutivas de ganancias. La jornada fue delirante. El Ibex llegó a superar los 16.000 puntos, su máximo histórico. Pero la alegría duró apenas unos minutos. Malas noticias desde Estados Unidos, donde aún se evalúan los daños que está provocando la crisis de las hipotecas, dieron la vuelta a la sesión. El sector bancario fue el que puso la nota negativa por el miedo al contagio de la crisis de liquidez que se vive en los mercados financieros. Importantes empresas comienzan a presentar malos resultados y anuncian despidos. Desde luego no contribuyó a calmar los nervios las declaraciones del presidente de la Reserva Federal quien habla de desaceleración en la economía norteamericana y riesgos inflacionistas derivados lógicamente de un petróleo carísimo y un dólar bajo mínimos. El miedo general es que lo peor de la crisis de crédito esté por venir. En el caso de España el riesgo es aún mayor, ya que a esa crisis importada habría que añadirle la propia que vive el sector de la construcción y los servicios por la caída evidente del consumo de los hogares. Por supuesto, a nadie se le escapa la espiral inflacionista que vive nuestra economía ante la impotencia del Gobierno, o peor, ante la pasividad del Gobierno que lejos de adoptar alguna medida que palíe sus efectos, prefiere mirar para otro lado y hacer como que no va con él.

El viernes, la Comisión Europea revisó las previsiones económicas para España y no sólo para el año que viene sino también para 2009. Para la CE, lo peor vendrá precisamente dentro de dos años para los que estima un aumento del PIB del 2,4 por ciento y una tasa de paro que superará el 9 por ciento de la población activa. Es una nueva opinión que viene a sumarse a las muchísimas que ya vienen advirtiendo al Gobierno que sus previsiones son erróneas y que habría que cambiar el cuadro macroeconómico que acompaña a los Presupuestos para 2008. De momento, no hay cambios. Sin duda, pesa más que estamos a unos meses de las elecciones generales, que reconocer los errores y tomar medidas para intertar en la medida de lo posible corregir las desviaciones. La realidad acabará imponiéndose y la fuerza de los hechos, las cifras oficiales y el sentimiento de los ciudadanos hará el resto. Se pongan como se pongan y aunque sigan instalados en la felicidad plena y nieguen la evidencia, más pronto que tarde nos toparemos con la verdad: estamos ante un cambio de ciclo para el que de momento no hay recambio.

Carmen Tomás

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