MADRID 27 May. (OTR/PRESS) -
La bolsa española había encadenado dos semanas consecutivas de ganancias y a la tercera falló. Los inversores han preferido hacer algo de caja, aunque la caída ha sido suave, mínima, del 0,1 por ciento. De hecho, el selectivo mantiene para el comienzo de semana los 15.000 puntos. Es bastante sorprendente el comportamiento de la bolsa. No parece estar anticipando lo que otros sí hacen ya y con todas las letras. La economía española va a sufrir una ralentización considerable en 2008. El último informe de previsiones conocido es el de la OCDE. Asegura este organismo que por culpa de la vivienda, el PIB se desacelerará y no llegará a crecer ni un 3 por ciento el año que viene.
No es el primero que vemos en este sentido, ni probablemente será el último. Hasta el vicepresidente económico, Pedro Solbes, ha confesado que la economía se ralentizará "no puede seguir creciendo al 4 por ciento". No está claro además que otro sector tome el relevo de la construcción. Es verdad que la inversión en bienes de equipo va bien. Pero, el consumo de las familias empieza a decaer y sin embargo, y esto es malo, aumenta el de las Administraciones Públicas. No me extraña que Solbes no quiera, por otro lado, hacer el presupuesto de 2008. Las nubes son cada vez más negras y las peticiones de los nacionalistas se radicalizarán de cara a las elecciones. No habrá presupuesto que aguante. De ahí el dilema del que se habla estos días ¿se adelantarán las elecciones? Si la economía se deteriora como apuntan organismos internacionales y prestigiosos medios de comunicación extranjeros, analistas y bancos de negocios, Zapatero se lo pensará.
Llegada la hora veremos cuánto tiempo aguanta el empleo. No creo que el sector servicios sea capaz de absorber tanta mano de obra como va a sobrar en la construcción. Es verdad que hay muchas infraestructuras por terminar y por empezar, pero veremos. No somos competitivos, la productividad está mejorando, pero bajo mínimos, y los precios y las hipotecas presionan a las familias endeudadas hasta las cejas. Una situación complicada que Zapatero se empeña en hacernos creer que no existe. No tenemos un modelo exportable al mundo. Tenemos un modelo que hay que ir cambiando, mejorando y alimentando pero ya y el presidente sólo se ha puesto la venda.
Carmen Tomás