MADRID 10 Feb. (OTR/PRESS) -
La bolsa sigue acusando los malos datos macroeconómicos conocidos tanto de Estados Unidos como de España. La semana al final se saldó con un cierre negativo de más de un 4 por ciento -el Ibex perdió los 13.000 puntos- y lo peor es que el sentimiento de los inversores sigue siendo bajista. A lo largo de la semana, se truncó, aunque estuviera descontado, el deseo de los mercados de que el BCE bajara los tipos de interés. Trichet sigue entre la espada y la pared, de ahí que en su discurso algunos hayan querido ver una puerta entreabierta a futuras bajadas. Para el presidente del Banco Central, la economía puede estar más tocada de lo que pudiera parecer. Sin embargo, su obsesión y su dedicación fundamental es controlar la inflación y ésta está más de un punto por encima del objetivo. Habrá quizás que esperar para una decisión de bajar el precio del dinero hasta la primavera. Pero es que en España durante estos días se han conocido bastantes datos y todos malos. El índice de producción industrial acusó una bajada muy preocupante. No digamos el desempleo y el consumo. También se supo que el sentimiento de los consumidores sobre su situación está en mínimos. Prácticamente ningún español confía en que su situación es buena o vaya a mejorar. De hecho, se plantean con seriedad promover un cambio en sus hábitos de ahorro y consumo. Baja el número de afiliados a la Seguridad Social y hay desempleo en todos los sectores. No se ve el relevo en el patrón de crecimiento por ningún lado. Y todo a pesar de que el Gobierno sigue sin ver que haya problemas y sigue instalado en el discurso de llamar catastrofistas a todo el que se atreva a decir nada que no sea que todo lo que vemos es coyuntural. Por supuesto se habló mucho de Iberdrola y EDF. El presidente del Gobierno desmintió al presidente francés sobre conversaciones a propósito de las eléctricas y el mercado descuenta que nada sucederá hasta después de las elecciones. La realidad es que las bolsas seguirán bajando. 11.900 es un soporte. Cuidado.
Carmen Tomás