Actualizado 25/11/2011 13:00

Cayetano González.- Cambio controlado.

MADRID 25 Nov. (OTR/PRESS) -

Todo parece indicar que Alfredo Pérez Rubalcaba puede hacer público en los próximos días su intención de aspirar a la secretaría general del PSOE en sustitución de José Luis Rodríguez Zapatero y convertirse de esa manera en el nuevo líder de los socialistas en esta también nueva etapa que les va a tocar vivir en la oposición tras la debacle electoral del pasado domingo. Rubalcaba, hombre prudente y con mucha experiencia política acumulada a sus espaldas, ha optado en estos días posteriores a la derrota electoral por el silencio, por dejarse querer y por esperar a ver que sucede en el Comité Federal que los socialistas celebrarán este sábado en Madrid, donde se esperan oír muchas voces críticas con la gestión de la actual dirección. Nada nuevo cuando se pierde.

El dilema que la mas que posible candidatura de Rubalcaba suscita, no solamente en muchos militantes o votantes del PSOE sino también en los analistas y observadores de la vida política, es si se trata de la persona adecuada para liderar el partido después de la estrepitosa derrota electoral sufrida el 20-N. A su favor, Rubalcaba tiene que todo el mundo le reconoce un peso y una experiencia política acumulada durante los casi treinta años que lleva en estos menesteres. Además, esa misma gente le reconoce su valor y entrega en la pasada campaña electoral en unas condiciones objetivamente muy adversas como el propio resultado de las elecciones puso de manifiesto.

En su contra, operan varios factores. El primero, no menor, que Rubalcaba pertenece a la generación política de Felipe González y Alfonso Guerra aunque luego haya sido también un estrechísimo colaborador de Zapatero. ¿Es este perfil el que el PSOE necesita en estos momentos? ¿No sería mas aconsejable un cambio generacional? Rubalcaba tiene actualmente 60 años. En el hipotético caso, más que probable, que Rajoy permanezca en el poder al menos ocho años, estamos hablando que el nuevo líder del PSOE tendría 68 en las elecciones generales del 2019.

A la hora de decantarse por qué factores de uno u otro signo pesan mas, hay mucha gente en el PSOE que no quiere que se vuelva a repetir la experiencia del año 2000 cuando tras la derrota electoral en las generales y la dimisión de Joaquín Almunia, se fue a un Congreso con cuatro candidatos, donde de forma sorpresiva, un desconocido diputado por León se hizo con la secretaría general. Ese mismo diputado que cuatro años mas tarde ganó las elecciones generales, volvió a repetir victoria en el 2008 y que ahora deja al PSOE en los niveles de apoyo popular más bajos que ha tenido nunca. Los socialistas están por tanto ante una encrucijada: o catarsis total o cambio controlado. Visto lo sucedido con Zapatero, la segunda opción parece que cuenta con mas posibilidades y en ese caso Rubalcaba, si decide presentarse, tiene todas las de ganar.

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