MADRID 11 Oct. (OTR/PRESS) -
Al actual secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, le ha salido en los últimos tiempos un grano muy molesto, difícil de extirpar y que le puede causar muchas complicaciones en un futuro inmediato. No se trata de nada relacionado con su salud personal, sino mas bien con la de tipo político. Susana Díaz, la nueva Presidenta de la Junta de Andalucía después de la espantada de Griñán, ha irrumpido con fuerza en el universo socialista, que vive en un sin vivir en mi después del batacazo electoral en las últimas elecciones generales del que todavía no se ha recuperado.
Susana Díaz, que por otra parte es la típica "aparatera" que hay en todos los partidos, ya que no se la conoce otra actividad profesional desde que su militancia desde muy joven en el PSOE, ha aportado en las pocas semanas que lleva en el primer plano de la actualidad, un discurso político mucho mas fresco y novedoso que el que suele protagonizar el actual líder del PSOE. Por ejemplo, la postura de Díaz sobre las pretensiones secesionistas de CU y ERC en Cataluña, con referéndum incluido, o sobre la propuesta federalista del PSC, ha sido rotunda en el sentido de mostrar su oposición al citado referéndum y a defender que su partido tiene que hacer gala a la "E" de Español que lleva en sus siglas.
Pero no contenta con eso, y quizás acuciada por el escandalazo de los ERES en Andalucía, la Presidenta de la Junta ha dicho que el Presidente del Gobierno de España debe liderar un pacto contra la corrupción y que esta no puede ser utilizada por su partido para desgastar al ejecutivo del PP. Este discurso, obviamente, quiebra la estrategia seguida en los últimos meses por el propio Rubalcaba de no dar un minuto de respiro a Rajoy con el denominado caso Bárcenas. Incluso el líder del PSOE se ha visto obligado a decir que en sus responsabilidades institucionales, Susana Díaz decide lo que debe de hacer, pero que la estrategia parlamentaria y política del PSOE la marca él.
Cuando Rubalcaba todavía no ha despejado la incógnita de si quiere volver a ser el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales de 2015; cuando no se sabe a ciencia cierta que tipo de primarias habrá y cuando serán estas para elegir al candidato; cuando hay muchas voces dentro del partido que piden una renovación profunda de las ideas y de las personas que lideren el partido, la distancia que se percibe entre la nueva Presidenta de la Junta de Andalucía y el actual secretario general del PSOE es cada vez mas palmaria. Y esa distancia sólo puede perjudicar a las aspiraciones de Rubalcaba, entre otras razones porque la federación del PSOE representa casi un tercio de los militantes que tiene el partido y eso, a la hora de elegir candidato, puede ser decisivo.