MADRID 10 Sep. (OTR/PRESS) -
Dice el refrán que de "las derrotas se aprende". No se si este va a ser nuestro caso después del batacazo sufrido la tarde-noche del pasado sábado en Buenos Aires con motivo de la designación de la ciudad-sede de los Juegos Olímpicos del año 2024. Porque batacazo fue que Madrid quedara eliminada a las primeras de cambio con Estambul y, por lo tanto, no llegara a la ronda final de votaciones.
Aceptar que España atraviesa desde hace tiempo por una profunda crisis, no solo económica, sino también institucional, -lo que incluye desde las noticias negativas que salpican a la Familia Real, como a los casos de corrupción de la clase política- y que ambas crisis tienen un reflejo muy negativo en el exterior, es lo primero que deberíamos hacer todos para entender porque la candidatura de Madrid recibió esa bofetada en el minuto uno de las votaciones.
Se podrá pensar, decir o ambas cosas a la vez que buena parte de los miembros del COI son personajes muy singulares, que deciden su voto en función de intereses o circunstancias que poco tienen que ver con el deporte o con la calidad de las candidaturas; se podrá argumentar que fue un error que tres días antes de la votación, se filtrara que España contaba con el apoyo seguro de un mínimo de 40 miembros del COI dando incluso los nombres de los mismos, porque eso enfadó y mucho tanto a los aludidos como a los que no estaban en esa relación. Se podrá hacer chistes fáciles sobre el nivel de inglés de algunos de los políticos que intervinieron en la presentación de la candidatura. Se podrá cargar las tintas contra el Presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. En esa línea, se podrá decir todo lo que se quiera, pero en el fondo nos estaremos engañando a nosotros mismos.
En expresión popular, a veces la verdad llega "a sartenazos". Y esto es lo que nos ha sucedido ahora. Teníamos tanta necesidad de una noticia positiva para recuperarnos del largo periodo que estamos viviendo con hechos esencialmente negativos, que nos habíamos llegado a creer nuestro propio mundo virtual. El COI nos ha dado un sonoro "sartenazo" y nos ha devuelto a la dura realidad. Lo cierto es que España en estos momentos no pinta nada en el contexto internacional. La imagen de nuestro País está muy deteriorada. Fuera de nuestras fronteras no se fían de momento de que la recuperación económica anunciada por el Gobierno sea un hecho. La imagen de la Familia Real -a pesar del magnífico papel del Príncipe Don Felipe- está dañada. La corrupción política nos hace mucho daño. Rajoy no es ni de lejos un líder mundial al que se le escuche allende de nuestras fronteras. Así, ¿cómo se quería ganar a una potencia mundial como Japón?