Actualizado 12/04/2011 14:00

Cayetano González.- Tiros y alto el fuego.

MADRID 12 Abr. (OTR/PRESS) -

Menos mal que ETA había decretado hace unos meses un "alto el fuego" para posibilitar lo que la banda terrorista llama el "proceso democrático de Euskal Herria". Que le pregunten que le parece ese "alto el fuego" al gendarme francés que el pasado sábado fue tiroteado en un control policial por dos terroristas de ETA que al cabo de unas horas fueron detenidos en el país vecino. "Bildu", la nueva marca con la que ETA pretende colarse en las elecciones municipales del próximo 22 de mayo calificó ayer de "incidente" este tiroteo. Que retorcimiento del lenguaje y, sobre todo, que bajeza moral de los que no se atreven a llamar a las cosas por su nombre.

ETA no se ha disuelto; ETA no ha entregado las armas; ETA no tiene ninguna voluntad de desaparecer mientras que no consiga sus objetivos que no son otros que la independencia de esa idílica Euskal Herria inventada por ese visionario que fue Sabino Arana y que estaría integrada por la actual Comunidad Autónoma Vasca, Navarra y tres provincias del sur de Francia. Por lo tanto, no parece muy difícil concluir que si ETA no tiene ninguna voluntad de disolverse ni de desaparecer, lo que tienen que hacer las instituciones, con el Gobierno a la cabeza, es derrotarla mediante la aplicación de todos los instrumentos que tiene nuestro Estado de Derecho, evitando la tentación, en la que tan frecuentemente han caído los gobiernos socialistas, de los atajos.

El pasado sábado, miles de personas convocadas por las víctimas del terrorismo recorrieron las calles de Madrid para pedir que ETA no esté presente en las elecciones municipales -que en el caso del País Vasco y Navarra también serán forales- del próximo mes de mayo. Existe el temor de que al final ETA consiga colarse en las instituciones a través de las listas de un partido legal y democrático como es Eusko Alkartasuna. El ministro del Interior ha dicho este fin de semana que esas listas serán revisadas con dos lupas. Va a hacer falta algo más. Va a hacer falta mucha voluntad política del Gobierno, mucho esfuerzo de la Fiscalía General y de la Abogacía del Estado para impedir lo que ha venido en denominarse el "plan B" de ETA, una vez que el Tribunal Supremo -en una votación que lo dividió prácticamente en dos mitades- no admitiera la inscripción como partido político de "Sortu".

La presencia de ETA en las Instituciones -habrá que recordar que ya han estado estos últimos cuatro años en cuarenta y tres ayuntamientos de País Vasco y Navarra bajo las siglas de ANV porque Zapatero y el Fiscal General del Estado lo permitieron en su día- supondría un grave retroceso en la lucha antiterrorista, sería una derrota en toda regla del Estado de Derecho, amén de constituir una afrenta a la memoria de las víctimas del terrorismo.

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