Actualizado 25/05/2008 02:00

Charo Zarzalejos.- El acoso a ETA

MADRID 25 May. (OTR/PRESS) -

Desde hace cuarenta y ocho horas, la Policía francesa dispone ya de todo el material incautado a los terroristas de ETA detenidos en Burdeos. Lo más importante suele ser el material informático, que desde hace ya muchos años ETA se encarga de encriptar para dificultar la tarea policial en caso de detención.

Lo más significativo de esta brillante operación policial iniciada en España es que el hilo conductor ha sido un personaje llamado José Antonio Barandiarán, ex alcalde de la localidad guipuzcoana de Andoain y que durante tiempo y tiempo se ha confundido con el paisaje. Ha sido un ciudadano más, que con toda seguridad respetaba el ceda el paso y pagaba sus impuestos.

Hablar de acoso a ETA es repetir un título mil y unas veces escrito. Pero es verdad. El que se le acose no significa que se le derrote de manera definitiva; pero con cada operación policial, la organización terrorista se repliega en sí misma, se llena de miedos e incertidumbres y analizan de manera minuciosa como les ha podido pasar. Y eso está bien, porque la zozobra de los terroristas es la tranquilidad de los demócratas, esa tranquilidad a la que, con toda probabilidad, José Antonio Barandiarán, un ciudadano que cede el paso y paga sus impuestos, ha contribuido a quebrar en más de una ocasión. ETA, con estas detenciones y con las que puedan venir, no se va a dar por vencida, no va a rendirse, pero basta con que sepa que los demás tampoco para que la propia organización se debilite y no tanto en su fleco operativo como en el ánimo de sus integrantes.

Desde que se rompió el alto el fuego y se quebraron algunas ensoñaciones, que llevaron a sus protagonistas al borde del precipicio, la determinación del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de ir a por ellos es total y rotunda. Y con él está el conjunto del Gobierno, en lo que es una clara rectificación de una política absolutamente enloquecida por parte del Ejecutivo, que algunos desde la buena fe y prudencia criticamos en su momento y que ETA, en todo caso, despreció.

En esta estrategia de acoso a ETA, toda prudencia es poca. Por eso no hay que caer tampoco en la ensoñación de que los detenidos son la cúpula de ETA, ni que el tal 'Thierry' fuera el responsable de la ruptura del alto el fuego. En ETA ninguna decisión se toma de manera unipersonal y ni las decisiones 'políticas' son inseparables de las llamadas 'militares'. ETA es un todo extremadamente complejo, acostumbrado a la disciplina y a la clandestinidad, con probada capacidad de resistencia. Lo único que ha fallado a lo largo de la democracia es que en diversos momentos, con más o menos credulidad, se ha creído que ETA era saciable, que de verdad quería dejar de matar. Pero no. ETA busca el desistimiento ajeno para justificar su historia de sangre.

El departamento de Interior del Gobierno vasco ha lanzado ya varios avisos de especial alerta y en el ministerio de Interior se tiene la impresión de que en la medida que pueda ETA ha iniciado un largo ciclo de violencia. La preocupación más inmediata se centra en el comando Bizkaia. Pero ETA es una hidra de mil cabezas y por mucho celo policial que haya, que lo hay, puede también actuar en mil sitios.

Charo Zarzalejos

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