Actualizado 07/10/2011 14:00

Charo Zarzalejos.- Adiós a Steve

MADRID 7 Oct. (OTR/PRESS) -

Uno de sus últimos deseos fue algo simple, tan simple como que su hijo le sacara a pasear por los alrededores de su casa. Naturalmente, su hijo se prestó a dar satisfacción al deseo de su padre. Lo hizo en silla de ruedas porque su cuerpo estaba ya desvencijado por la enfermedad pero con la lucidez propia de los luchadores. De esto hace poco menos de una semana pero ya desde mucho tiempo antes Steve Jobs sabía que la muerte le acechaba, que le cogería la mano de manera definitiva. Y eso ocurrió esta pasada madrugada.

Steve Jobs, el hombre que gracias a su esfuerzo, su extraordinaria intuición y su permanente disposición a volver a empezar es uno de los hombres que ha cambiado nuestras vidas con su MAC, su iPad y demás aparatos que son la revolución de nuestros días. Pero hizo algo más: supo combinar tecnología con belleza y esto es algo extraordinario

Steve Jobs soporta a la perfección la comparación con el diamante. Esta piedra preciosa surge, se forma entre otras despreciables, feas, anodidas, irrelevantes y vulgares. Jobs surge de entre millones de ciudadanos normales y corrientes, de esos que nunca han pertenecido a élite alguna. Surge de una biografía azarosa, no exenta de sufrimiento pero extraordinaria, tan extraordinaria que le llevo a reflexiones como esa en la que en su famoso discurso en la Universidad de Stanford afirma que "recordar que vas a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay ninguna razón para no seguir a tu corazón".

Jobs se enfrentó a la enfermedad y al dolor con entereza y realismo. Se supo retirar cuando tocaba después de haber afrontado los retos profesionales de su vida con valor de un viejo guerrero y tuvo la suerte, la enorme suerte, de creer en si mismo más allá de todo avatar. El resultado de su esfuerzo, de su excelso amor por el riesgo es una aportación al mundo y a sus pobladores solo comparable a otros grandes descubrimientos que han desafiado la velocidad, la oscuridad, la enfermedad. Steve Jobs es de esos hombres que de vez en cuando surgen de entre lo que parece irrelevante, como los diamantes. Steve Jobs es de esas personas que generan esperanza, que renuevan la confianza en el ser humano y que llevan a pensar, en estos momentos de "hundimiento" que solo personas como Jobs pueden ayudarnos a imaginar el futuro. Afortunadamente hay por el mundo muchos "diamantes" aunque algunos sean anónimos, pero existen y surgirán cuando menos lo imaginemos.

Steve Jobs y su vida son un ejemplo para las generaciones más jóvenes, para estas que viven angustiadas por el paro, que tienden al abandono de sí mismos por la falta de autoestima. A los ilustrados jóvenes de Stanford y a modo de despedida contó una historia: "Cuando era joven, había una asombroso publicación llamada The Whole Earth Catalog (Catálogo de toda la Tierra), una de las biblias de mi generación. Cuando llegó su momento, sacaron un último número. En la contraportada había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana. Bajo ella estaban las siguientes palabras "Sigue hambriento. Sigue alocado". Era su mensaje de despedida." Sigue hambriento. Sigue alocado. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso. Seguid hambrientos. Seguid alocados".

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