MADRID 2 Ago. (OTR/PRESS) -
Julio se ha ido dejándonos un sabor amargo. Los terroristas se han encargado de poner su rúbrica de sangre cuando una buena parte de españoles, después de haber ahorrado lo que no tenían, se disponían a cerrar maletas con el afán, más que justificado, de hacer un paréntesis de apenas unos días en esta ajetreada y confusa vida. Nos dejan tristes los asesinatos de Palma de Mallorca, nos resulta cansado saber que están ahí y que continúan siendo una amenaza pero con esta realidad hay que convivir en la convicción de que algún día no habrá mas coches de la muerte.
Julio se ha ido entristecido por este horror ya irremediable, sin vuelta atrás porque nada ni nadie va a devolver la vida a los asesinados por ETA. Los terroristas dejan muertos y escombros. Demasiado para un año ya de por si cansino y zozobrante del que todos nos disponemos a huir al menos por unos días.
Y estos días de Agosto ya comienzan. Es de esperar que sean días en los que se haga realidad eso del letargo veraniego y que los acontecimientos nos den un respiro. Que no nos arrastren para, al menos, pararnos un poquito y dedicarnos a ver "pasar el tiempo" que según ilustres estudiosos del comportamiento humano es una buena terapia para el cuerpo y para el alma.
Porque si es verdad que el cuerpo necesita sus tiempos de descanso para recobrar el sueño no dormido o abrir ese estomago siempre cerrado, mas verdad es, si cabe, que el alma también necesita de su respiro. El alma, entendida, por ese compendio maravilloso de características propias de los humanos como son la inteligencia, la tendencia a buscar la belleza, el miedo al dolor, el vértigo ante una despedida, la alegría al percibir cerca lo que amamos, todo esto también requiere de tiempo. Ese tiempo que en el fragor de lo cotidiano, que tiene mucho de estúpido, se nos va de las manos sin importarnos, como si fuera un libro que podemos leer mañana. Pero no. El tiempo se va y se va. Por ello, ojalá podamos acogernos al letargo veraniego y encontremos acomodo y lugar para "ver pasar el tiempo". Es seguro que haremos más de un propósito de la enmienda; no fumar, ir más despacio, Todos esos propósito que casi nunca se cumplen, pero no importa. Mientras los pensamos nos agarramos a ese tiempo que dilapidamos en lo cotidiano.
Julio se ha ido con sabor amargo y como setiembre promete ser movidito, agarrémonos en la medida de lo posible a este mes de agosto como paréntesis para "ver pasar el tiempo". Dicen los expertos que es buenísimo.