Actualizado 31/07/2011 14:00

Charo Zarzalejos.- La pesada mochila del presidente.

MADRID 31 Jul. (OTR/PRESS) -

Ni sus ministros lo sabían. Sólo avisó a Iñigo Urkullu y a Mariano Rajoy su decisión de dejar la pesada mochila que tenía y aun tiene a la espalda y dar vía libre a su candidato Alfredo Perez Rubalcaba. De manera inesperada, como ha hecho casi siempre y en casi todo, el Presidente del Gobierno anunció el viernes, la convocatoria de elecciones generales para el 20 de Noviembre.

Con este anuncio, a cuatro meses vista de la fecha señalada para acudir a las urnas, el Presidente ha querido ir soltando lastre. Sus reformas ya no dan más de sí, la prima de riesgo se ha alocado, los nacionalistas catalanes avisaron que no apoyarían los presupuestos y dada la situación, la compañía nunca gratis y ni siquiera barata, de los nacionalistas vascos no era bastante para seguir cargando con una mochila demasiado pesada para un viaje que, en cualquier caso, iba ser muy corto. Además, dejar correr el tiempo, sería adentrarse en territorios de un cierto riesgo ya que las contradicciones entre el futuro que pretende proponer Rubalcaba y la política del Ejecutivo eran, son demasiado obvias. No cortar esta situación no iba a traer nada bueno.

Aunque todos sigan en sus puestos, desde el viernes, España ha entrado en un nuevo período político, en una larga campaña electoral que en realidad no va a cortocircuitar nada porque ya nada o casi nada podía hacer el actual Gobierno. Iba arrastrando los pies, cansado de tan larga agonía. En medio del mal trago que debe suponer dar por cerrado un ciclo no sólo político, sino personal, el Presidente ha hecho lo mejor, lo único que podía hacer para no agotar más a la opinión pública, a su partido y a sí mismo. Es seguro que la mochila ya le pesa menos aún cuando, hasta que se forme nuevo Gobierno ,él continúa siendo el máximo responsable de la dirección política del país.

A partir de este momento todo se mirará con ojos electorales y nada se hará sin pensar en el 20N. Esto puede tener sus contraindicaciones pero tiene también la enorme virtud de brindar un horizonte cierto que en medio de tanta duda es, efectivamente, un alivio para todos.

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