Actualizado 09/04/2007 02:00

Consuelo Sánchez-Vicente.- Pies en pared

MADRID 9 Abr. (OTR/PRESS) -

Esto empieza a ser agotador. El único comunicado de ETA que nos interesa a los demócratas es que digan que renuncian para siempre a la violencia. Esto no ha cambiado desde que existe ETA, ni con tregua ni sin tregua. Y gobernase quien gobernase, ojo, también con Zapatero. La única condición de obligado cumplimiento de la resolución parlamentaria que autorizó al presidente Zapatero a negociar con ETA después del último alto el fuego de la banda fue que ésta mostrase claramente su "voluntad inequívoca" de renunciar para siempre a la violencia. Sólo cuando ésto ocurra podría empezar a hablarse de "política", sin rebasar en ningún caso los límites que marca la Constitución, que dicho sea de paso son bastante elásticos, y, eso sí, sólo entre los partidos democráticos. Ni aún dejando de matar podría estar ETA en ninguna "mesa política". Las reglas del juego no pueden ser ni estar más claras: primero la paz, y después "la política". Pero, ensimismada en su mundo al revés, la banda sigue invirtiendo los términos de la ecuación y condicionando la paz a la política, con ella como garante, supervisora y "estrella" de la película.

Nunca un Gobierno ha ido tan lejos como el de Zapatero en su afán de convencer a ETA de que, si primero es la paz, después vendrá la política. Incluso demasiado lejos. Ni siquiera después de que la banda volviese a matar en el atentado de la T4 el presidente dio por roto el mal llamado "proceso de paz"; y De Juana engorda, como quería, en un hospital vasco desde el que "volará" a su casa libre como un pájaro cuando se recupere, en vez de volver, como dice la ley, a la cárcel. El precio en intención de voto que Zapatero y su partido están pagando por ello está en las encuestas, y la humillación que estos dos "gestos" le han supuestos a las víctimas y a la propia democracia están en la mente de todos. Pero, ETA sólo se conforma con la victoria.

¿Volverán a matar si? No le demos más vueltas; antes, durante y después de este alto el fuego lo que ha hecho ETA es rearmarse. Y ya han vuelto a matar. Y pensaban volver a hacerlo si moría De Juana. Y en su último y larguísimo comunicado-entrevista del diario Gara, tan esperado como decepcionante, además de insistir en que sin territorialidad y derecho a decir no habrá paz, le han puesto una fecha de caducidad inminente al yogurt del "proceso" de Zapatero. ETA no puede ni "imaginarse unas elecciones sin la izquierda abertzale", porque eso "expresaría el fracaso del proceso". El chantaje de la banda está claro. La respuesta de la democracia, que en la lucha contra ETA se "expresa" a través de los actos del Gobierno legítimo, sólo puede ser no ceder.

Consuelo Sánchez-Vicente

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