Actualizado 30/04/2009 14:00

Consuelo Sánchez-Vicente.- Es primavera en la política

MADRID 30 Abr. (OTR/PRESS) -

Se que muchos lo han criticado y que me arriesgo a que me llamen cursi, pero a mí me gusta mucho este nuevo modelo de líder capaz de mostrar emociones y sentimientos además de capacidad de gestión, y que no le da vergüenza trufar de evocaciones poéticas los discursos políticos. No se donde está escrito que la política tiene que ser cejijunta y con barba para ser "seria". Creo que eso es muy antiguo.

Evidentemente yo de un gobernante espero que sea capaz de buscar y ofrecer soluciones creíbles a los problemas concretos de la gente, para eso les votamos, para que gobiernen. Pero incluso en los momentos mas duros, como la crisis que atravesamos, no veo nada malo en que Sarkozy, Obama, o incluso Zapatero cuando se lo permite este país nuestro tan duro (e hipocritilla), muestren abiertamente amistad y a veces incluso ternura -achuchones, bromas, abrazos- a sus socios y aliados para poner de manifiesto el buen momento que atraviesan las relaciones bilaterales, tal como acaban de hacer estos días el presidente francés y el jefe del gobierno español en Madrid

Lo importante de las relaciones hispano francesas, evidentemente, es que en Francia la Guardia Civil española lucha contra ETA casi con la misma libertad y el mismo apoyo político que en España, y que lacras como las mafias de la droga, la trata de blancas o el tráfico de inmigrantes lo van a tener igual de crudo que los etarras por la voluntad de ambos países de borrar con la misma intensidad que contra ETA las fronteras de la lucha contra la gran delincuencia organizada. Pero no veo que daño puede hacerle a los españoles o a los franceses que los máximos líderes de los dos países hayan dejado, además, constancia en sus discursos de su ilusión por legar a las nuevas generaciones un futuro más humano, en el que todos los países y pueblos, ricos o pobres, sean igual de respetados y tenidos en cuenta, de igual a igual; o de su indignación con las agresiones al medio ambiente y la naturaleza

O de que están enamorados de su pareja, sí, como Sarkozy y Carla Bruni, ¿por qué no?. El abrazo que se dieron los dos tras el almuerzo entre la primera dama francesa y la esposa del presidente español en Moncloa, que forzó a su vez un casto beso entre el matrimonio Zapatero, ¿saben lo único que nos da a algunos? Sana envidia.

Dejar salir de la cárcel de las apariencias sociales los sentimientos también en la política no creo yo que empeore el mundo sino todo lo contrario, aunque muchos lo consideren incompatible con la seriedad. Se trata de un patrón cultural trasnochado y caduco, por el que al menos en estos tiempos más cálidos parece que no pasa el futuro. Aprovechémoslo porque no abundan en la heladora historia de la humanidad estos climas templados.

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