Actualizado 29/01/2007 01:00

Consuelo Sánchez-Vicente.- A vueltas con lo de siempre

MADRID 29 Ene. (OTR/PRESS) -

Personalmente no consigo entender como la misma cosa puede ser y no ser delito al mismo tiempo, por ir al ejemplo del momento, por qué puede ser 'delito' que el lehendakari Ibarretxe se reúna con el líder de la ilegalizada Batasuna Arnaldo Otegi, y no lo es que él líder de los socialistas vascos Patxi López haga exactamente lo mismo con el mismo señor de esa misma organización. Si al menos el objetivo de la reunión hubiera sido distinto, pero, ni eso; pues a juzgar por lo que tanto Ibarretxe como López declararon antes de sus respectivas reuniones con Otegi, lo que los dos perseguían era tratar de convencer a Otegi de que Batasuna solo podrá concurrir a las próximas elecciones municipales si cumple la Ley de Partidos, es decir, si se distancia de ETA y condena el terrorismo

Que con la misma ley distintos jueces puedan llegar a conclusiones tan distintas sobre el mismo hecho como a menudo llegan en nuestro país intranquiliza, alarma y no incrementa precisamente la confianza de los ciudadanos en la Justicia. Desde este punto de vista, la tentación de simpatizar con las acusaciones de "judicialización de la política" que el Gobierno Vasco ha lanzando contra el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por mantener la citación de Ibarretxe tras la 'absolución' de López, parece irresistible, ¿verdad? Si a propósito del 'caso López' el Tribunal Supremo ya ha dicho que no es delito reunirse con Batasuna, ¿por qué insiste el tribunal vasco en interrogar al lehendakari ? Puritita persecución 'política', vamos. ¿O no?

Pues, no. Si esta fuera 'la verdad' pero, sólo es parte de la verdad, media verdad, es decir: una mentira. Las leyes, en democracia, tienen sus procedimientos. Aunque en el fondo los casos de López e Ibarretxe sean -o parezcan-: la verdad judicial corresponde establecerla a los tribunales no a 'los políticos', ¿vale? -idénticos, no están en el mismo momento procesal. No lo están. López ya ha comparecido ante los tribunales, y el lehendakari aun no, esa es la gran diferencia. Y no nos la podemos 'saltar', no es un pequeño trámite. Respetar los procedimientos es fundamental porque sin ellos el sistema de garantizar de nuestro ordenamiento jurídico quebraría por la base, todos estaríamos un poco más indefensos de lo que estamos ante los tribunales. Esto lo sabe mucho mejor que yo el Gobierno Vasco, claro, pero, políticamente, le interesa alimentar el equívoco. El caldo de cultivo es propicio, es verdad que hay demasiadas sentencias contradictorias, y eso es algo que los Tribunales deberían tratar de evitar. Pero las acusaciones de 'judicialización de la política' que esgrime Ibarretxe son, en mi opinión, un burdo intento de sacar tajada partidista de la confusión reinante en todo lo que roza a ETA, 'politizando' a su vez la acción de la justicia para practicar el deporte favorito del nacionalismo: el victimismo. Otro intento más. Otra 'burra ciega'.

Consuelo Sánchez-Vicente

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes