- Promete una comunidad que "además de sentirse orgullosa de su pasado, afronte esperanzada el futuro"
BARCELONA/MADRID, 28 Nov. (OTR/PRESS) -
José Montilla asumió hoy el puesto como 128 president de la Generalitat después de prometer el cargo y recibir de manos de Pasqual Maragall la medalla que le acredita como nuevo jefe del Ejecutivo catalán. Parafraseando al escritor Salvador Espriu, Montilla se comprometió a ser "el más humilde de los servidores" del pueblo de Cataluña, y hacer de ella una comunidad que "además de sentirse orgullosa de su pasado, afronte esperanzada el futuro".
Tras prometer el cargo y "por su conciencia y honor cumplir las obligaciones como president con fidelidad al Rey, a la Constitución y al Estatut", Montilla dejó paso a Maragall, que se despidió de los más de 600 invitados presentes en la toma de posesión. El ex president de la Generalitat quiso destacar "el patriotismo de piedra picada" de Montilla, pues "no necesita ser proclamado y no viene de los padres", al tiempo que alabó el "rigor, sentido del deber y de país, y la pasión por el bien común" de su sucesor.
El nuevo jefe del Ejecutivo catalán leyó parte del poema 'Pell de Brau' de Salvador Espriu para manifestar sus sentimientos "más íntimos" en el momento de asumir el cargo: 'Si te llaman a guiar un breve momento del milenario paso de las generaciones, aparte el oro, el sueño y el nombre (...) Sin la ayuda de ningún consuelo, no esperes nunca dejar recuerdo porque sólo eres el más humilde de los servidores. El desvalido y el que sufre serán para siempre tus únicos señores'.
Tras recoger ese testigo del "proyecto de cambio iniciado" que le ofreció Maragall, Montilla destacó "todo lo aportado a Cataluña, la generosidad humana y política, por su visión de futuro y el alto sentido de país demostrado" por el ex president. El nuevo jefe del Ejecutivo garantizó una acción de gobierno "eficiente" que tenga como objetivo "crear complicidades sociales, económicas y culturales necesarias" para desarrollar Cataluña como "sociedad moderna, libre, culta, solidaria, equilibrada, desarrollada económicamente y respetuosa con el medio ambiente".
LEGADO AL SERVICIO DE CATALUÑA
"Con nuestro trabajo avanzaremos en la construcción de una Cataluña que, además de sentirse orgullosa del pasado, afronte esperanzada el futuro", sentenció Montilla, que dijo asumir el cargo "con la conciencia de ser el depositario de un legado al servicio del pueblo de Cataluña". Tras su discurso, el nuevo president recibió una cerrada ovación del medio millar de invitados, a excepción de la cúpula de CiU, con Artur Mas al frente, que abandonó el Palau de la Generalitat tras la toma de posesión, seguida de Jordi Pujol.
Por su parte, Pasqual Maragall, antes de abandonar el Palau de la Generalitat, pasó revista a la formación de los Mossos d'Esquadra apostada en Palau antes de abandonar la sede del Gobierno y ser despedido por el jefe de la guardia. Acompañado por su esposa y visiblemente emocionado, Maragall fue despedido con aplausos por las personas congregadas en la Plaza Sant Jaume. Una vez en el coche oficial, no tuvo problema en bajar la ventanilla y exhibir su mano con el pulgar hacia arriba en señal de satisfacción. A las puertas de Palau, se quedó una llorosa Mónica Randal.