Actualizado 26/10/2006 21:16

Crónica Cataluña.- Montilla dice tener "las manos libres" y reparte críticas entre todos los partidos catalanes

- Mas cree que "la gran coalición" CiU-PSC "estaría cargada de hipotecas, de equilibrios de todo tipo y de malos entendidos"

BARCELONA/MADRID, 26 Oct. (OTR/PRESS) -

El candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat, José Montilla, no sabe de esclavitud y de cadenas y se acerca a la cita con las urnas el próximo 1 de noviembre con "las manos libres" y sin pareja de baile. Por ello hoy se permitió el lujo de repartir críticas entre los partidos catalanes, tanto a su máximo rival, CiU, como a los que fueron sus socios en el tripartito, ERC e ICV. Del mismo modo, el candidato de los convergentes, Artur Mas, prefirió no casarse con nadie y, tras firmar ante notario su renuncia a pactar con el PP, consideró que "la gran coalición" sociovergente "estaría cargada de hipotecas, de equilibrios de todo tipo y de malos entendidos".

Pese a que los resultados de las encuestas auguran un panorama electoral en el que la política en los despachos tras el 1 de noviembre primara, nadie mejor que Montilla sabe qué le conviene al PSC. "Yo sé que tengo las manos libres, siempre las he tenido. El PSC tiene las manos libres para pactar o no pactar", sentenció el primer secretario de los socialistas catalanes, que subrayó que, lógicamente, "lo importante es ganar las elecciones y poder gobernar después", garantizando un ejecutivo "estable y serio, que se dedique a trabajar".

Con esta vía abierta, Montilla proclamó que no está "dispuesto a gobernar a cualquier precio" y subirse a un nuevo "Dragon Khan" como se autodenominó el extinto tripartito. Tras quitarse la espina que supone que algunos le atribuyan "la paternidad" del Gobierno catalán disuelto -"hubo otros artífices como Puigcercós o Saura. Yo, si acaso, soy uno de los arquitectos"- Montilla se dedicó a repartir críticas entre los partidos catalanes, como queriendo demostrar su falta de compromisos con ninguno de ellos.

Así, comenzó rechazando la sociovergencia, porque su "intención no es ser complemento de CiU ni viceversa", pero "tampoco es mi objetivo una reedición mimética del tripartito", en el que las decisiones se tomaban de forma asamblearia y no había una cabeza clara y respetada. "Otros, tampoco aspiran a tener un conseller en cap que se llame Carod-Rovira", ironizó, convencido de que "todos hemos aprendido en este periodo" y advirtiendo a los ecosocialistas de ICV de que "la única posibilidad" de que estén en el Gobierno es que el PSC gane las elecciones.

LA SOLEDAD DE LA MINORÍA

Con los sondeos más a favor, Artur Mas también apostó por gobernar en solitario sin mayoría absoluta, ya que su partido se encuentra en un momento en el que "podría ganar y con una ventaja bastante importante", igual que le ocurrió a José María Aznar en 1996 o a José Luis Rodríguez Zapatero en 2004. "¿Si podemos tener un gobierno de CiU, por qué lo hemos de tener con el señor Montilla?", se preguntó el líder de la federación nacionalista, que emplazó "un gran pacto" como el de la sociovergencia "en un punto en el que los dos grandes partidos y máximos adversarios están empatados".

De hecho, Mas instó a la sociedad catalana a "dejar de pensar en ese tipo de grande coaliciones poco naturales" puesto que un pacto de gobierno entre CiU y PSC estaría "cargado de hipotecas, de equilibrios de todo tipo y de malos entendidos". Sin embargo, sí que reconoció que hace unos meses, la "única garantía" de un ejecutivo "fuerte" y estable "era una sociovergencia", pero que "a medida que avanza el tiempo" crece "un cambio de percepción".

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