- Seguía a sus víctimas a la salida del colegio y les asaltaba al llegar a casa tras ofrecerles participar en un sorteo
MADRID, 7 Dic. (OTR/PRESS) -
Uno de los casos más graves conocidos hasta el momento de violador en serie infantil en España acaba de ser resuelto en Madrid por la Policía tras cuatro años de investigaciones. Raúl P.L., de 31 años, y repartidor de profesión, ya está en prisión tras ser detenido el pasado fin de semana y declararse ante el juez autor confeso de catorce delitos de violaciones y agresiones sexuales sobre niños y niñas de 6 a 12 años. Seguía a sus víctimas a la salida del colegio y les asaltaba al llegar a casa tras ofrecerles participar en el sorteo de un juego electrónico.
Según informó la Jefatura Superior de Policía, el agresor sexual fue detenido acusado de haber cometido ocho violaciones, seis agresiones sexuales, siete allanamientos de morada y varias amenazas con arma blanca a niños y niñas de entre 6 y 12 años. La investigación se inició en el año 2002 cuando los efectivos del Grupo III del Servicio de Atención a la Mujer (SAM) del Cuerpo Nacional de Policía detectaron la actuación de un violador en serie, por lo que establecieron dispositivos de control y vigilancia en zonas escolares y de recreo infantil.
Sin embargo, su amplio radio de actuación (Ciudad Lineal, Chamartín, Chamberí, Retiro, Moratalaz, San Blas, Móstoles, etc.), junto a las tempranas edades de las víctimas y la ausencia de huellas y ADN no facilitaron la labor de los agentes.
Los menores describían siempre a su agresor como un hombre delgado, de pelo corto, con una mancha debajo de un ojo, gafas de sol y vestido con mono azul de trabajo. Abordaba a sus víctimas a la salida del colegio, las seguía hasta casa y las asaltaba en el portal o el ascensor. Trataba de ganar su confianza ofreciéndoles un juego a cambio de contestar unas preguntas o hacer un dibujo.
EVITABA SIEMPRE DEJAR RESTOS BIOLOGICOS Al ser niños de corta edad, éstos accedían, en algunos casos, a alejarse junto al hombre y, en otros, que no pudieran impedirle la entrada en la vivienda. En los casos en que los menores gritaban o trataban de escapar, les decía que "lo haría por las buenas o por las malas" y los amenazaba con "rajarles". Excepto en un caso, el agresor utilizó siempre un sistema para evitar dejar restos biológicos.
En algunos casos, las violaciones no llegaban a ser consumadas, ya que la oportuna llegada de alguien al descansillo o los gritos de los pequeños consiguieron ahuyentarle. Después de años de investigaciones, los agentes centraron sus sospechas en un individuo, con dos antecedentes y características físicas similares a las del descrito por las víctimas.
Había estado detenido a causa de allanamiento de morada en febrero de 2000 y cuatro años antes por hurto de vehículo. Finalmente, el pasado fin de semana Raúl P.L. fue detenido cuando abandonaba su domicilio. Once de las menores lo han reconocido fotográficamente como el individuo que las agredió y él, durante su declaración, lo confesó todo. El hombre ya ha sido puesto a disposición de la autoridad judicial, que ordenó su ingreso en prisión.