- En la operación, en la que también colaboró la Policía Federal Suiza y los servicios estadounidenses, se detuvo a 23 personas
MADRID, 29 Nov. (OTR/PRESS) -
La Policía Nacional ha desarticulado la red de falsificación de tarjetas de crédito más importante de nuestro país, en lo que se considera el mayor golpe policial realizado en Europa. En esta macrooperación, en la que también participó la Policía Federal Suiza, se detuvo a un total de veintitrés personas de origen singapureño, canadiense, chino, malayo y español.
La investigación se inició a primeros de año al detectar conexiones entre una organización de falsificadores rumanos, ya desarticulada, y los ahora detenidos. Ambos grupos obtenían la información de las bandas magnéticas a través de 'hackers' asentados en Rusia y Ucrania, quienes conseguían los datos de servidores de grandes compañías estadounidenses.
Los arrestados, de hasta cinco nacionalidades distintas, eran quienes realizaban las falsificaciones integrales de las tarjetas bancarias, con una calidad insuperable. Esta operación constituye el mayor golpe policial realizado en toda Europa contra el denominado 'carding' y en ella participaron conjuntamente el Servicio Secreto estadounidense, la Policía Federal suiza y la Policía Nacional española.
CABECILLAS MALAYOS Y DE SINGAPUR
El grupo estaba fuertemente estructurado y los escalafones superiores estaban ocupados por individuos malayos y de Singapur, los cuales realizaban dichas falsificaciones, pertenecientes a ciudadanos o empresas de Estados Unidos. Las dos agencias, la española y la estadounidense, pudieron determinar el origen de las tarjetas copiadas y descubrieron que venían de un servidor informático de una empresa de ese país que almacenaba miles de datos y que fue 'hackeado' para sustraer información.
Los responsables de la red en España recibían desde Asia los hologramas de los medios de pago, material muy específico y difícil de conseguir, según fuentes policiales. Los instrumentos necesarios para completar la falsificación, ya que el material necesario para llevarlas a cabo, como tarjetas en blanco con banda magnética, impresoras térmicas y grabadoras de banda magnética, lo conseguían en nuestro país.
Los agentes de la Policía Nacional realizó 11 registros en varios domicilios de Madrid y en Majadahonda. Cuatro de ellos eran usados como talleres de falsificación, en donde se encontraron casi 1.500 tarjetas clonadas, 39 pasaportes falsos y 13 permisos de conducir, fichas de casino por importe de 9.000 euros, más de 25.000 euros en efectivo y 6 cámaras fotográficas, entre otros objetos.
REVENTA
Los jefes de la organización distribuían las tarjetas falsificadas entre ciudadanos de origen asiático, a quienes daban también documentación falsa y nacionalidad española. estas personas eran las encargadas de realizar las compras en centros comerciales de todo el país, principalmente videoconsolas, móviles, perfumes y joyas, que después vendían a precios muy inferiores en establecimientos de frutos secos.
La organización llevaba una exhausta contabilidad del dinero obtenido con cada tarjeta y lo conseguido con la venta de los productos. Además reclamaba la devolución del IVA en sus compras al tratarse de ciudadanos no residentes en la Unión Europea. Asimismo en ocasiones llegaron a falsificar tickets de compras pagadas, que reflejaran su pago en efectivo y después acudían al establecimiento pidiendo la devolución del importe, con lo que revendían los productos comprados a los propios comercios.