Crónica ETA (2).-Acebes exige "la derrota de ETA" simbolizada por Miguel Angel Blanco frente a De Juana y la negociación

- El PSOE critica la "hipocresía" del PP por olvidar sus negociaciones con ETA poco después de la muerte del edil

BILBAO, 11 Jul. (OTR/PRESS) -

El secretario general del PP, Ángel Acebes, señaló hoy "la derrota" efectiva de ETA como "la única política capaz de propiciar la unidad". Con el recuerdo al fallecido edil de Ermua Miguel Ángel Blanco presente, Acebes apostó por volver al concejal popular como "símbolo de la política de derrota" de la banda, enfrentándole así al "símbolo de la política de negociación" que representaría el etarra Iñaki de Juana Chaos. Para el PSOE, estas declaraciones reflejan la "hipocresía" del PP al intentar adueñarse del "espíritu de Ermua" olvidando sus negociaciones y cesiones a ETA poco después de que la banda terrorista secuestrara y asesinara a Miguel Angel Blanco.

Acebes comenzó una comparecencia en Bilbao recordando la figura de Blanco, secuestrado y asesinado por ETA hace diez años. Por aquel entonces, "el conjunto de la sociedad española enarboló e impulsó lo que ahora llamamos la política de la derrota de ETA". Precisamente la vuelta al "espíritu de Ermua" es lo que reclamó el secretario del PP, basado en la unidad representada por el "símbolo" del edil. En cambio, De Juana representaría "la profunda debilidad del Gobierno y su incapacidad para plantar cara al chantaje del terror".

Aunque la opción "más fácil" era "ceder al chantaje" y negociar, España "eligió la libertad" entonces, subrayó Acebes. Y es que, según el dirigente popular, la unidad política y social logró entonces "colocar a los terroristas contra las cuerdas".

ZAPATERO "HACE AÑICOS" EL ESPÍRITU

"La política del diálogo es garantía de división y, por tanto, de debilidad ante el terror". Acebes lanzó reproches de esta índole contra el Gobierno en general y el líder del Ejecutivo en particular. A José Luis Rodríguez Zapatero le acusó de "hacer añicos el espíritu de Ermua" provocando "división" tras mantener y apostar por el diálogo con ETA. La vuelta de ETA a las armas demuestra, para Acebes, que "ceder ante el terrorismo es, además de inmoral, inútil".

"Hoy nadie se fía de Zapatero", insistió el secretario popular, que, para que el Ejecutivo recupere la credibilidad exige al Gobierno la presentación de las actas de las supuestas reuniones mantenidas con la banda terrorista. "Los españoles tenemos derecho a saber qué acordó Zapatero con ETA", recalcó, ya que "hasta la dictadura castrista tienen información sobre las negociaciones del Gobierno y ETA que Zapatero hurta a los legítimos representantes democráticos del pueblo español".

Ante la "propaganda, operaciones cosméticas y ataques al PP en un fin de legislatura que, de facto, está agotada", Acebes reclamó diversas medidas que debería desarrollar el Ejecutivo para derrotar a los etarras. Entre ellas, y como "imprescindible", desde el PP se reiteró la necesidad de ilegalizar "todas las marcas y rostros" de Batasuna, com EHAK o ANV.

"LOS LÍMITES DE LA HIPOCRESÍA"

Desde las filas socialistas, se respondió a estas palabras de Acebes en boca del secretario de Organización, José Blanco, quien acusó al PP de "superar todos los límites de la hipocresía al intentar apropiarse del llamado 'espíritu de Ermua'" para usarlo de "arma arrojadiza contra el Gobierno".

"Usted señor Acebes, como el señor Rajoy, formaban parte del Gobierno que negoció con ETA y con Batasuna sólo un año después del asesinato de Miguel Ángel Blanco", aseguró en un comunicado. "Ustedes llamaron entonces a ETA el Movimiento Vasco de Liberación, acercaron a 130 presos etarras a cárceles del País Vasco, excarcelaron a más de 200 presos de la banda terrorista y permitieron el regreso a España de cerca de 300 personas vinculadas a ETA que residían en el extranjero", recordó Blanco.

El secretario socialista reprochó a su homólogo popular utilizar "aquel horrible crimen para intentar extorsionar al Gobierno en un ejercicio de desvergüenza humana y política que no tiene precedentes". Jugar "torticeramente" con la memoria de las víctimas fue otra de las duras críticas vertidas por Blanco hacia el principal partido de la oposición.