Actualizado 02/07/2007 19:44

Crónica Euskadi.- El PP se hace con la Alcaldía de Lizartza, feudo de Batasuna, entre abucheos de la izquierda abertzale

- La primera orden de la nueva alcaldesa será retirar las pancartas y fotos de presos de ETA que cuelgan del balcon consistorial

LIZARTZA (GUIPÚZCOA), 2 (OTR/PRESS)

El municipio guipuzcoano de Litzarza, de 600 habitantes, cuenta desde hoy con una alcaldesa del PP, Regina Otaola. El pueblo, feudo de la izquierda abertzale hasta la ilegalización de Batasuna y la imposibilidad de la lista de ANV de concurrir a las pasadas elecciones del 27 de mayo, contó únicamente con una única opción de voto, la del PP. Decenas de simpatizantes de la izquierda abertzale profirieron insultos y abuchearon a los nuevos representantes municipales. Durante su discurso, la nueva alcaldesa anunció la primera medida de su Gobierno: retirar las pancartas y las fotos de presos de ETA de la fachada del Ayuntamiento.

El PP presidirá durante los próximos años la localidad de mano de sus siete representantes que tomaron hoy posesión. Regina Otaola se hace con una Alcaldía no exenta de polémicas y alabada especialmente desde el Comité de Dirección del PP, que mostró su "apoyo y admiración" a Otaola en boca del secretario general del partido, Ángel Acebes. "Es un ejemplo de compromiso en la defensa de los valores democráticos y de la libertad", añadió, destacando especialmente que haya tenido que sufrir el "acoso totalitario etarra para tomar posesión".

Los representantes populares recibieron el apoyo de otros dirigentes del partido, como el del portavoz en el Parlamento vasco, Leopoldo Barreda, la presidenta del partido en Guipúzcoa, María José Usandizaga, o el presidente del PP en Vizcaya y eurodiputado, Carlos Iturgáiz. El PP fue la única formación que concurrió a unas elecciones de las que obtuvo sólo 27 votos, frente a los 186 nulos y los 142 en blanco.

"PP FASCISTA"

"PP fascista", "Regina Otaola ladrona" o "Vete de aquí, déjanos en paz", son tan sólo ejemplos de las increpaciones vertidas por decenas de simpatizantes de la izquierda abertzale a las puertas del Ayuntamiento y en el propio salón de plenos. La Casa Consistorial estaba custodiada por un fuerte dispositivo de la Ertzantza, que no lograron evitar el acceso de seis personas al salón.

Otaola dedicó su discurso de investidura a desmarcar Lizartza del "feudo del totalitarismo etarra-batasuno" en el que se había convertido. La constitución del Ayuntamiento es una "aplicación escrupulosa de la ley", según la alcaldesa, quien reprochó al resto de partidos no haberse presentado a las urnas, reconociendo así que "para ellos Litzartza no tiene remedio". El nuevo Gobierno municipal pretende "desplegar una auténtica acción por la libertad, para lograr borrar los vestigios de la coacción de manera terrorista". Entre estos evidentes restos de la presencia de la izquierda abertzale, Otaola planteó como primera medida eliminar del balcón consistorial pancartas y fotos de presos etarras.

Durante su discurso, Otaola lamentó que la izquierda abertzale discrepante en la calle no haya sabido estar "a las duras y a las maduras" desmarcándose de la violencia y la coacción. No han sabido estar "con los ciudadanos que se ven privados de libertad para asegurarles una vida digna si daban la cara en sus respectivos pueblos". El objetivo del PP ahora es que, dentro de cuatro años, "en lugar de una lista", haya más representaciónes de "otros partidos demócratas". A la salida del acto, alrededor de las 9.30 horas, los concejales abandonaron el acto entre abucheos y fuertes medidas de seguridad. Los manifestantes también increparon a los periodistas para que abandonasen el lugar y renunciasen a su labor de informar.

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