Actualizado 15/11/2006 21:34

Crónica Exteriores.- ((Sustituye a la anterior por ampliacion))

Moratinos defiende el diálogo con Obiang en una visita marcada por los desplantes al dictador

- La suspensión de la visita a la Cámara del presidente ecuatoguineano deriva en una bronca entre partidos

MADRID, 15 Nov. (OTR/PRESS) -

El primer día de la visita a Madrid del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, estuvo marcado por la polémica. A última hora de la noche de ayer, la Junta de Portavoces canceló la visita del dictador al Congreso de los Diputados, lo que generó una acalorada bronca del presidente de la Cámara, Manuel Marín, a los partidos. Tras un apresurado cambio de agenda, Obiang se reunió con el presidente del PP, Mariano Rajoy, aunque antes fue víctima de otro desplante, esta vez del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Mientras, el Gobierno sigue defendiendo que la única forma de mejorar las relaciones bilaterales con la antigua colonia española es el diálogo.

El resultado más inmediato de la visita de Obiang es su compromiso, ante el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de liberar a los presos políticos que hay en su país, según informaron fuentes gubernamentales tras la reunión por la tarde de ambos mandatarios en el Palacio de la Moncloa. Además, negaron que ésta sea la primera visita oficial de Obiang desde 1990, pues mantuvo encuentros con José María Aznar tanto el 17 de octubre de 2001 como el 9 de abril de 2002 en el contexto de visitas oficiales a nuestro país. A ello se añaden una "visita privada" de Obiang el 4 de marzo de 2001 en la que se reunió con el ex presidente del Gobierno en La Moncloa y "conversaciones privadas" en Roma en noviembre de 1996 y en Nueva York en junio de 1997.

"Al final del recorrido, se recordará esta visita como un punto de inflexión importante en las relaciones entre Guinea Ecuatorial y España", consideró el ministro de Exteriores y Cooperación, Miguel Angel Moratinos, que subrayó la necesidad de construir las relaciones bilaterales. "La única manera es dialogar, encontrarse, es construir juntos, es mejorar la relación en el campo político", subrayó el jefe de la Diplomacia española, que, aunque admitió que se trata de una visita "un tanto apasionada", destacó que el Gobierno español desea hacer llegar a Guinea Ecuatorial "un mensaje de modernidad, de defensa de valores y principios".

Por su parte, el ministro de Exteriores ecuatoguineano, Pastor Michá, aseguró que a su país "hay que ponerle un sobresaliente en democracia y Derechos Humanos, con respecto a muchos países de nuestro entorno". Además, señaló que "no es lógico que el único país de lengua y cultura hispana en África conozca tanto desarrollo y que no haya ni una empresa española". En este sentido, según Michá, la visita de Obiang responde a un intento de "romper ese hielo que muchos quieren establecer entre España y Guinea Ecuatorial".

Y lo cierto es que ese muro existe. La cancelación, a última hora de ayer, de la visita del dictador al Congreso de los Diputados, donde tenía previsto firmar en el Libro de Honor, es sólo una prueba de ello. Dicho acto en concreto provocó una fuerte reacción entre los partidos minoritarios, que se opusieron firmemente a la visita. Marín se mostró especialmente airado por la actitud de los partidos y les abroncó por las declaraciones contra Obiang que habían realizado en las horas previas a la llegada del autócrata, aunque acabó por ceder a la presión de los grupos, que se mostraron especialmente satisfechos por el cambio de planes.

PROBLEMAS INTERNOS

Al final, visita y firmas suspendidas, y alud de explicaciones desde el Ministerio de Exteriores para disculpar "los cambios en la agenda". Mientras, el presidente Guineano, tranquilo, replicó a la prensa que "en absoluto" se sentía molesto por no poder estampar su rúbrica en el Libro de Honor del Congreso de los Diputados, hecho que atribuyó a "problemas internos" del Estado español. Así, el primer acto oficial en España de Obiang fue la ofrenda floral a las víctimas del 11-M en el 'Bosque de los Ausentes' en el madrileño Parque del Retiro.

Sin embargo, el dictador sufrió un nuevo desplante, pues, pese a estar previsto que le recibiera el alcalde de la ciudad, finalmente se presentó la concejala de Medio Ambiente, Paz González, en representación del Consistorio. Más tarde fuentes de la Alcaldía desmintieron este extremo y aseguraron que la presencia de Gallardón en el acto "nunca" estuvo prevista y señalaron que González hace de anfitriona cada vez que algún dirigente extranjero visita Madrid.

Mientras, Exteriores cuadraba agenda y cerraba un encuentro con el líder del PP en el Hotel Ritz, al que, dado la premura con la que se le avisó de la cita, llegó acompañado por su secretario de Relaciones Internacionales, Jorge Moragas, cinco minutos tarde. En esta reunión, Rajoy aprovechó para dejarle claro a Obiang que los últimos gestos en su país, como la aprobación de la Ley de la Tortura o la liberación de presos políticos, "son claramente insuficientes".

Moragas explicó que Moncloa pidió la cita y que el líder del PP aceptó el encuentro "por sentido de la responsabilidad y sentido de Estado", un extremo que el Gobierno negó posteriormente. Además, Moragas criticó la cancelación de la visita al Congreso, porque, según él, no se organizó "con la delicadeza que requieren estos actos que, aunque son protocolarios, tiene su importancia".

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