- El juicio queda visto para sentencia, con la Fiscalía solicitando 27 años para los tres acusados
MADRID, 4 Dic. (OTR/PRESS) -
Pilar Muro, la esposa de Publio Cordón, el empresario zaragozano secuestrado por los GRAPO y en paradero desconocido desde 1995, fue la protagonista de la última sesión del juicio contra tres acusados por estos hechos que comenzó ayer en la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. La mujer no dudó en mirar fijamente al presunto líder de los GRAPO, Fernando Silva Sande, al secretario general del PCE(r) Manuel Pérez, y a su compañera sentimental, Isabel Llaquet, y llamarles "asesinos" y "terroristas sanguinarios". Además, aseguró que la familia cumplió "con el compromiso que habíamos contraído con ellos para liberar a Publio" y que si no lo hicieron fue porque "lo habían asesinado".
El juicio quedó hoy visto para sentencia después de que el fiscal elevase a definitiva su petición de 27 años de cárcel para los tres imputados por un delito de detención ilegal, mientras que la acusación particular representada por los abogados de la familia solicitan 36 años para Silva Sande y 30 para Pérez y Llaquet. En uso de su derecho de última palabra, Silva Sande lamentó haber entrado en el juicio "ya condenado por la sociedad y los medios de comunicación" e insistió en que él nunca hizo "nada" con Publio Cordón. Más polémico fue Manuel Pérez, que fue expulsado por el presidente de la Sala, Alfonso Guevara, tras denunciar que "en España se sigue sin poder ser comunista" y que "España sigue siendo un país fascista".
Durante la sesión de hoy, la esposa de Cordón, Pilar Muro, ofreció su versión de los hechos. Así, quiso dejar claro desde el principio que la familia del empresario cumplió con lo pactado y pagó los 400 millones de pesetas que se les exigían a cambio de la liberación. "Nosotros habíamos cumplido, pagamos lo que nos dijeron, creo que se hizo bien la entrega", aseveró, añadiendo que "ellos, mediante un comunicado, nos habían dicho que en el momento en el que pagáramos liberarían a Publio y luego, pese a lo que nos dijeron, no lo liberaron". "Han pasado casi 13 años y no ha aparecido", lamentó la mujer, que remachó: "No lo liberaron porque lo habían asesinado".
Dirigiendo furiosas miradas a los secuestradores de su marido, Pilar Muro calificó a los acusados de "sanguinarios" y de ser "lo más bajo de la sociedad". "Los terroristas son capaces de cualquier cosa, por eso todo el mundo que ha pasado por una situación como esta lo tiene que saber: las víctimas tenemos terror", añadió antes de recordar numerosos detalles de como se desarrollaron los hechos. Según dijo, tuvieron conocimiento de que habían sido los GRAPO quienes habían secuestrado a su marido porque, días después de su desaparición, recibieron una llamada de la banda reivindicando los hechos.
LA NOTICIA NO SALÍA EN LOS PERIÓDICOS
Muro recordó como "fueron los propios terroristas los que ordenaron hablar siempre con una sola persona de la familia", que solicitó "los servicios de una empresa británica" que les asesoró durante la negociación. Además, recordó como una vez entregado el dinero y después de varios días esperando la liberación de Cordón recibieron una llamada de los propios terroristas preguntando "dónde estaba el empresario y por qué la noticia de la liberación no salía en los periódicos" dando a entender que ellos le habían puesto en libertad, tras lo que la familia del empresario escribió una carta al comando central del GRAPO y a los militantes presos para explicar lo sucedido.
Al abandonar la sala, la mujer se giró hacia el lugar en el que se encontraban los acusados mirando fijamente a uno de los procesados, Fernando Silva Sande, quien evitó la situación clavando su mirada en el suelo. En la última sesión del juicio también comparecieron en calidad de testigos la hija del empresario, Carmen Cordón, y su marido, Ignacio Jiménez, quienes fueron los encargados de transportar los 400 millones de pesetas pactados hasta París, donde, según su versión, se lo entregaron a Enrique Cuadra Echaindía -ya juzgado y condenado por estos hechos- y a Fernando Silva Sande.