- El tiroteo a Pierre Gemayel resucita el recuerdo del atentado contra Rafik Hariri en un momento especialmente tenso en Líbano
BEIRUT/MADRID, 21 Nov. (OTR/PRESS) -
En medio de una crisis de gobierno en Líbano, con la figura de Fuad Siniora puesta en tela de juicio por una facción del Parlamento y Hezbollah presionando para la convocatoria de elecciones anticipadas, la convulsión social volvió al país de los cedros con el asesinato de uno de los políticos antisirios más promimentes de la nación. Pierre Gemayel, ministro de Industria y líder de la Falange Cristiano Maronita y dos de sus guardaespaldas recibieron hasta 24 disparos cuando viajaban en su coche por el centro de Beirut, en un atentado que ha despertado el recuerdo del asesinato del ex ministro antisirio Rafik Hariri.
En los últimos días, la oposición al completo y cinco ministros las fuerzas chiíes libanesas, Hezbollah y Amal, han presentado su dimisión ante el primer ministro libanés, bloqueándose por completo las negociaciones para la formación de un Gobierno de unidad nacional. Según aseguraron los ministros, su dimisión se debía a "la insistencia del Gobierno de imponer condiciones y resultados previos a las negociaciones", además de por la próxima creación de un tribunal de internacional que juzgará el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri.
En medio de este clima político tenso, el asesinato de Gemayel, ministro de Industria y líder de la formación de la Falange Cristiano Maronita, y de sus dos guardaespaldas en la capital no ayuda calmar los ánimos de la sociedad libanesa, históricamente dividida entre prosirios y antisirios. Aunque los 24 disparos que recibió el vehículo en el que viajaba Gemayel no causó la muerte instantánea de ninguno de sus ocupantes, minutos más tarde la radio de la Falange informaba la muerte del ministro antisirio y sus guardaespaldas.
Poco después de conocerse la muerte de Gemayel, Siniora compareció en televisión para hacer un llamamiento a la unidad y advertir en contra de la "sedición" contra Líbano. En otros incidentes, pocos minutos después del asesinato de Gemayel, la oficina del ministro de Estado, Michel Pharaon, libanés recibió varios disparos por parte de un grupo de desconocidos que viajaban en un Suzuki blanco, según informó Al Jazeera.
SANGRE EN VANO
El primer ministro vinculó el asesinato de Gemayel con la formación de ese tribunal internacional para juzgar a los sospechosos del asesinato en febrero de 2005 de Hariri, hecho que provocó la actual crisis con Hezbollah. "Os prometo que vuestra sangre no se habrá derramado en vano", afirmó Siniora, elogiando a Gemayel. "No dejaremos a los asesinos controlar la suerte de Líbano y el futuro de sus hijos. Ha llegado el momento de que todos los libaneses se unan en torno al tribunal internacional", añadió, al tiempo que pidió "a todos los libaneses que estén alerta a la sedición planeada".
La UE y Estados Unidos condenaron firmemente el asesinato de Gemayel, pronunciamientos a los que se unió también el Gobierno sirio. La agencia estatal de Siria, SANA, fue el altavoz de esta denuncia por el atentado, aunque citando fuentes oficiales anónimas: "Este crimen despreciable pretende destruir la credibilidad y la paz en Líbano", señaló dicha fuente, que manifestó el deseo de siria de que haya unidad, seguridad y estabilidad en Líbano.