- Mesquida certifica que era "el momento oportuno" para la detención de la célula, aunque no tuvieran "unos objetivos claramente marcados"
MADRID, 13 Dic. (OTR/PRESS) -
El juez Baltasar Garzón, encargado de la instrucción de la operación policial contra la célula del Grupo Islámico Combatiente Marroquí 'Salafia Jihadia' desarticulada ayer, asegura en el auto que dictó el lunes para la intervención que uno de los once salafistas detenidos tenía "una gran influencia en los imanes para radicalizar su discurso y seguir captando jóvenes que compartan su línea radical". Por otro lado, el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, ratificó las palabras del ministro del Interior y certificó que era "el momento oportuno" para desatar la operación, aunque el grupo no tuviera "unos objetivos claramente marcados".
Garzón identifica a los tres 'alfiles' del grupo salafista desarticulado ayer a partir de las investigaciones de la Unidad Central de Información Exterior de la Comisaría General de Información. Al ceutí Karin Abdeselam Mohamed le imputa la planificación "de varias operaciones de sustracción de armamento y material explosivo"; a Abdeselam Mohamed, alias 'Marquito' y 'Dibania', ser uno de los líderes del grupo, encargado del aparato logístico del mismo; y a Mohamed Fuad Mohamed Abdeselam, alias 'Fuad', ser el cabecilla de la célula.
'Fuad', de 35 años fue detenido en el Hospital Militar de Ceuta, donde se encontraba acompañado a su padre, gravemente enfermo. De él, igual que del resto de detenidos, Garzón considera que podría haber incurrido en un delito "de integración en organización terrorista de los artículos 515.2 y 516.2 del Código Penal". La Policía liga además a la célula con la red de Al Qaeda y los atentados en la Casa de España de Casablanca y el 11-M. Los once arrestados empezarán mañana a declarar.
Por su parte, Mesquida explicó que en "el transcurso de las investigaciones puso de manifiesto una voluntad de pasar de lo que era una fase inicial de discusión fanática a una de acción". El director general de la Policía y la Guardia Civil ratificó así las palabras de ayer del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y señaló que, aunque "no tenían objetivos claramente marcados" era "el momento oportuno" para desatar la operación.
SIN SATANIZAR
Por otro lado, el delegado del Gobierno en Ceuta, Jenaro García Arreciado, pidió "a todos" que hagan "un esfuerzo" para "no satanizar" el nombre de la barriada del Príncipe Alfonso, donde se practicaron las once detenciones. "Creo que hay que separar el nombre de esa barriada de las personas que podrían estar involucradas en actividades peligrosas para la seguridad del Estado", solicitó Arreciado.
"Todos debemos hacer un esfuerzo para no satanizar la barriada aunque algunas personas de la misma hayan podido cometer los delitos que se les imputan en esta actuación", requirió el político onubense en declaraciones a los medios. Además, García Arreciado quiso dejar claro que la 'Operación Duna' permanece abierta y que no se cerrará "hasta que el juez Garzón practique los interrogatorios que considere oportunos a los detenidos, que ya han sido trasladados a Madrid, y tome las decisiones que considere oportunas".