Actualizado 19/10/2006 21:53

Crónica Juicio.- El 'Monstruo de Machala' se declara inocente y dice ser víctima de un complot

- Hoy comenzó el juicio al ecuatoriano que mató a ocho mujeres en su país, como sospechoso de violar y asesinar a una joven en Lleida

LLEIDA, 19 Oct. (OTR/PRESS) -

Gilberto Antonio Chamba, también conocido como el 'Monstruo de Machala', se declaró inocente durante el juicio que hoy comenzó y en el que se le acusa de haber violado y estrangulado en 2004 a una joven estudiante de derecho en Lleida. Este proceso se esperaba con gran expectación ya que el caso de Chamba supuso una fuerte conmoción social. El imputado era conocido en su país, Ecuador, por el asesinato de ocho mujeres, y sin embargo poseía los documentos legales de residencia en nuestro país, certificado de penales falsificado en origen incluido.

La acusación particular, ejercida en representación de los padres y hermanos de la víctima, María Isabel Bascuñana, pide para el acusado 52 años de prisión y 200.000 euros de indemnización, a lo que se suma el delito de falsedad documental de 3 años, ya que consideran que el procesado obtuvo el permiso de residencia temporal sin cumplir los requisitos legales. La defensa, por su parte, reclama la absolución de Chamba por falta de pruebas.

Cuando María Isabel Bascuñana desapareció, el acusado trabajaba para la empresa Grupo Antres, responsable civil subsidiaria, como controlador del aparcamiento situado en el campus universitario de Lleida, al que acudía la joven. Según mantienen las acusaciones, la noche del 23 de noviembre de 2004 Gilberto Antonio Chamba abordó por sorpresa a la víctima cuando ésta se dirigía a recoger su vehículo. Para evitar que la joven gritara, el acusado supuestamente le tapó con fuerza la boca y la condujo a la segunda planta del aparcamiento. Una vez allí, Chamba presuntamente le anudó un trapo blanco en el cuello y la violó, estrangulándola después de cometer la agresión sexual.

Según la acusación, acto seguido el procesado cargó el cuerpo de la víctima en el maletero del coche de la joven y lo condujo hasta la calle Ignasi Bastús de La Bordeta, en Lleida, donde lo aparcó dejando el cadáver en su interior. El cuerpo sin vida de la joven fue hallado a los dos días del suceso. Asimismo, el fiscal mantiene que, tras dejar el vehículo y "como una muestra de su depravación", Chamba utilizó el teléfono móvil de la víctima para realizar una llamada a un número de línea erótica, conversando durante aproximadamente seis minutos.

RECONOCIDO POR SU VÍCTIMA

Este tarde declaró también una joven rumana que en el verano de 2003 ejercía la prostitución en la antigua carretera N-II en Lleida y a la que supuestamente también intentó violar y matar el acusado. La mujer lo reconoció por la fotografía y en la rueda de reconocimiento, y aseguró, "sin ninguna duda", que él fue quien la intentó matar.

Los Mossos d'Esquadra que encontraron el cadáver de la joven también actuaron de testigos certificando que las huellas encontradas en el plástico que envolvía a la víctima, pertenecían al procesado. Además, una mujer, dependienta de un cine, donde se vio por última vez a la joven asesinada, recordaba haber visto al imputado por la zona.

ACUSADO DE MATAR A OCHO MUJERES EN SU PAÍS

La trascendencia de este caso fue mayor después de que constara que Chamba poseía el permiso de residencia temporal en nuestro país, a pesar de haber cumplido prisión por haber cometido ocho asesinatos en su país, en el que era conocido como el 'Monstruo de Machala'. El acusado, casado y con hijos, había estado cumpliendo condena en su país hasta el 18 de octubre de 2000, un mes antes de llegar a España, después de que un tribunal le impusiera 16 años de prisión en 1993. Dos de las mujeres que mató en Ecuador eran menores de edad.

Según la acusación, la estancia del procesado se regularizó pese a que no cumplía el requisito fundamental de "carecer de antecedentes penales en España o en sus países anteriores de residencia". A su entender, la tramitación en la Oficina de Extranjería está "llena de negligencias" y esta actuación "irregular" del Estado dio lugar a una larga sucesión de renovaciones y trabajos que culminaron con el que realizaba el día de los hechos. Por ello, la acusación particular se reserva la posibilidad de actuar civilmente contra el Estado debido al funcionamiento anormal de sus organismos.

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