- Fuego y cócteles molotov fueron las armas empleadas por violentos sin identificar.
BILBAO/MADRID, 6 Dic. (OTR/PRESS) -
La pasada noche, el País Vasco volvió a ser el escenario de ataques de terrorismo callejero a manos de desconocidos, que eligieron el fuego y los cócteles molotov como armas. Por un lado, el juzgado de paz de la localidad vizcaína de Lequeitio y tres cajeros automáticos de otras tantas sucursales bancarias de Plentzia, también en Vizcaya, fueron atacados por un grupo indeterminado de violentos; por otro, un autobús de EuskoTren fue calcinado en la localidad guipuzcoana de Azpeitia.
En primer lugar y al filo de la media noche, un grupo de desconocidos prendieron fuego a tres cajeros automáticos de otras tantas entidades de BBK, BBVA y La Caixa, situadas en la calle Rivera de Plentzia (Vizcaya). Las consecuencias fueron que los dos primeros quedaron totalmente calcinados mientras que las llamas hicieron que la fachada de la tercera sucursal quedara ennegrecida. Antes las llamas levantadas por las botellas incendiadas que habían servido de bombas fue necesaria la intervención de los bomberos.
Ya pasadas las doce de la noche, un grupo de violentos cargó contra el juzgado de paz de Lequeitio, en la calle Atea. Según informaron fuentes de la Ertzaitza, los desconocidos "rompieron los cristales y lanzaron varios cócteles a su interior". Aunque las llamas no acabaron con las instalaciones, sí provocaron daños en el mobiliario de la sala de espera y dejaron ennegrecido el interior del recinto".
Anteriormente, a las 21.30 de la noche, tres encapuchados tomaron un autobús en la localidad de Azpeitia (Guipúzcoa) y lo redujeron a una estructura metálica y ennegrecida. Los desconocidos esperaron en la parada del vehículo y cuando se hubieron subido, obligaron a bajarse al conductor y a dos pasajeros que no resultaron heridos al tiempo que rociaban el autobús con un líquido inflamable y le prendían fuego. La compañía EuskoTren, a la que pertenecía el vehículo calcinado, cifró hoy los daños en 198.000 euros y afirmó que no será posible recuperarlo.
Asimismo, mediante un comunicado, la compañía denuncia que esta acción supuso un "grave riesgo" para los pasajeros, ya que éstos aún se encontraban dentro del vehículo cuando los atacantes lo rociaron de líquido inflamable. Igualmente, EuskoTrans alerta de que supone un "ataque directo" a las políticas de desarrollo y transporte sostenible aplicadas en la actualidad en la Comunidad Autónoma Vasca.
REACCIONES.
El portavoz parlamentario del PSE-EE y secretario general de los socialistas vizcaínos, José Antonio Pastor, lamentó que "por desgracia, no son hechos aislados" ya que esta "actitud continuada" está constituyendo un serio obstáculo para seguir adelanto con el proceso de paz".
"Tanto los ataques callejeros, como la quema del autobús de Azpeitia, lo que pueden provocar es que se quemen las esperanzas de paz que tiene este pueblo y se arruine una posibilidad en la que sigue confiando la inmensa mayoría de la ciudadanía y por la que el Gobierno sigue apostando. En cualquier caso, son obstáculos muy importantes para que el tema siga avanzando", señaló.
Asimismo, el Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana de Azpeitia condenó "firmemente" el acto de violencia callejera contra el autobús de esa localidad, ya que "hechos como este y las vías políticas son incompatibles". En la misiva, aprobada en Junta de Portavoces, el Ayuntamiento se pregunta "qué han conseguido" los saboteadores "además de asustar al conductor y a los pasajeros".
Por su parte, el portavoz de Presidencia de Ezker Batua-Berdeak, Mikel Arana, apuntó que "las continuas acciones de kale borroka atacan las expectativas de paz y de convivencia de la ciudadanía vasca". Así, advirtió que "el mundo de ETA debe asumir que ni las amenazas, ni las coacciones o la violencia callejera son armas democráticas que sirvan para la consecución de la paz, por un lado, y de los objetivos estrictamente políticos por otro".
Por último, el secretario de organización de Eusko Alkartasuna (EA), Rafa Larreina, afirmó que lo único que logran estos actos es "impedir que se pongan en marcha las vías políticas". En este sentido, destacó que "la sociedad vasca quiere que los problemas se resuelvan por las vías políticas y de diálogo, no por la vía violenta".