Actualizado 21/10/2006 23:20

Crónica Suceso.- La gallega detenida en México ya está en casa tras 13 días de arresto

- La joven dice que le "tocó como le pudo tocar a otra persona cualquiera".

MADRID, 21 Oct. (OTR/PRESS) -

La joven peluquera gallega Ana María Ríos, detenida en Cancún por posesión de material de guerra, ya se encuentra tranquila en su casa después de 13 días de arresto en Cancún (México), de los cuales dos los pasó en un pequeño calabozo en soledad. La joven dio una rueda de prensa en Santiago de Compostela en la que agradeció el "impresionante" trato y apoyo y, resignada, dijo que le "tocó" a ella "como le pudo tocar a otra persona cualquiera".

A Ana María Ríos se le llenaron los ojos de lágrimas cuando llegó al aeropuerto de Santiago de Compostela, donde quiso hablar en público de su dramática experiencia y agradecer el apoyo recibido. "La próxima vez que vuelva -a México- lo haré sin maletas" y "de vacaciones", bromeó la joven que no ha perdido el sentido del humor. Lo primero que hizo fue destacar el "impresionante" trato y apoyo que recibió en Cancún y en tan graves circunstancias. En este sentido, agradeció el "respeto" demostrado por los medios de comunicación.

Además, también celebró el "asombroso" trabajo del cuerpo diplomático español. Afirmó que "le consta" que si hubiera sido una persona "de otro país" la que se hubiera visto en esa circunstancia "el Consulado no se habría volcado como se volcaron" con ella.

Ana María, por otro lado, se mostró resignada con que le tocara vivir aquellos 12 días en Cancún con los ojos de la justicia sobre ella. "Me tocó a mí como le pudo tocar a otra persona", dijo la peluquera". Y es que no tiene ni la más menor idea de quién pudo introducir en su equipaje munición y un detonador que la llevaron a vivir su terrible odisea.

LOS PEORES, LOS DOS PRIMEROS DÍAS.

Estuvo muchos días en Cancún, ya no de vacaciones, sino como acusada. Pero los dos primeros de éstos fueron los peores para esta española que volvía de luna de miel. Y es que esas primeras 48 horas de su detención los pasó en un calabozo de "18 pies de largo y siete de ancho", como ella misma comprobó. Aunque no tuvo que compartir la celda con ningún otro recluso, la joven confesó su angustia, cuando proclamaba "la verdad desde el primer momento y parecía que nadie escuchaba".

Todo terminó, por fortuna, como en los cuentos, con el príncipe azul al lado y en un carruaje, un coche de lujo en este caso. La joven aterrizó en el aeropuerto de Lavacolla donde sus ojos se llenaron de nuevo de lágrimas al ver a su familia y sus amigos entre gritos de ánimo. En el grupo estaba también su marido, Marcos Dasilva, con quien subió a una blanca limusina que les esperaba para llevarlos, por fin, de vuelta a casa tras tantos días de pesadilla.

La joven fue detenida en el aeropuerto de Cancún (México) en pasado ocho de julio y salió de la cárcel de la ciudad el pasado lunes 16 después de que el juez retirase el cargo de delito grave por posesión de material de guerra. Pasó recluida primero dos días en un calabozo y el resto del tiempo junto a su madre y en ningún momento en compañía de otros reclusos. No obstante, la chica no pudo abandonar el país hasta que los hechos no se esclarecieran completamente, ya que se mantenían los cargos por posesión de munición.

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