Actualizado 12/01/2007 01:00

Curri Valenzuela.- Se busca líder

MADRID 12 Ene. (OTR/PRESS) -

En los momentos mas dramáticos de su existencia es cuando un país comprueba si tiene un líder que trate de hacerse eco del sentir popular, aunar voluntades y ponerse manos en la masa en la tarea de sacarle del atolladero en que se encuentra. España vive un mal momento, tras el brusco despertar de la tregua de ETA convertida en masacre del aeropuerto de Barajas y quien tenía que hacer de líder no aparece. Lo que sí se ve, y cada vez más claramente, es la figura de un político con "p" pequeña e intenciones mezquinas, José Luis Rodríguez Zapatero, que no da la cara, en lugar de hablar claro para que la gente entienda lo que se propone hacer se esconde detrás de frases huecas y "lapsus" más o menos intencionados y en vez de ejercer su papel de presidente de todos los españoles se dedica a calcular cómo puede sacar rédito electoral dejando aislados al PP y a los millones de votantes del principal partido de la oposición.

Varias veces ha hablado Zapatero del tema tras el atentado de Barajas y casi todas estas ocasiones sus palabras han tenido que ser matizadas (o sea, corregidas) por uno de sus colaboradores, lo que ya empieza a ser preocupante. La última se produjo ayer, cuando el presidente condenó, delante de los 17 presidentes autonómicos, en el Senado, lo que calificó de "trágico accidente". ¿Se equivocó? La respuesta sería la de sin duda si no fuera porque en su rueda de prensa del 29 de diciembre en La Moncloa Zapatero empleó el término de "accidentes mortales" al referirse a los atentados terroristas, lo que también fue corregido posteriormente por una fuente autorizada de La Moncloa, la misma que tras la declaración del jefe del Ejecutivo sobre la explosión de Barajas llamó a los periodistas para "explicar" que Zapatero sí había dado por rota la negociación con ETA, a pesar de que no, no la había dado por rota (y eso que había leído un papel con la declaración que efectuó). Esta misma semana y frente a varios inmigrantes ecuatorianos el presidente, que ya conocía el comunicado que ETA había enviado a Gara, solo dijo esa bonita frase de que "España se merece ser un país sin bombas y sin violencia".

A la espera de su anunciado discurso del lunes en Las Cortes, hay que quedarse con la única certeza que tenemos de la reacción del presidente al atentado: sus actos. Y sus actos han sido hasta la fecha tan contradictorios o más que sus palabras: por un lado, llamó a Mariano Rajoy a La Moncloa, no se sabe (ni nadie ni menos aún el líder de la oposición) para qué. Y a continuación promovió una manifestación en Madrid para este sábado que ha estado organizada con el objetivo de que el PP diga que no va a asistir.

A Zapatero le viene de perlas que la manifestación se celebre sin los populares. Lo único que sabemos de cierto de su estrategia es que está fraguando una plataforma de apoyo firme de los nacionalistas para lo que pretende que sea su segundo mandato en La Moncloa. Y no hay nada que anime más a los nacionalismos a hacer piña que tener enfrente a su enemigo común. Así que el presidente suma votos y suma escaños y hace cuentas para seguir en el poder. Y a ello dedica su tiempo mientras el país busca a un líder que piense en todos y, sobre todo, en España.

Curri Valenzuela.

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