MADRID 29 Jun. (OTR/PRESS) -
No hay un solo país del mundo que discuta en público las medidas de seguridad que mantiene su Ejército para proteger la vida de sus soldados que cumplen misiones de mantenimiento de paz en países en guerra.
Ninguno, excepto España.
Pero tampoco se conoce el caso de un país en el que un partido haga campaña electoral llamando asesino al presidente de Gobierno que resulta ser su adversario político, ni que difunda cientos, miles de veces la falsedad de que este país ha entrado en una guerra de la que no ha formado parte, ni que se aproveche de un atentado terrorista para sembrar dudas sobre la presencia de un contingente militar enviado a mantener la paz a un país que acaba de sufrir una guerra.
Excepto España.
Tan excepcional es el caso español, que el actual presidente del Gobierno tiene que negar lo innegable, que las tropas españolas en el Líbano estaban allí para sofocar una guerra porque si lo admitiera estaría desdiciéndose de todos los motivos por los que retiró a las tropas españolas de Irak, las que fueron a ese país por el mismo motivo por el que ahora se encuentran en el Líbano, con las mismas tareas, los mismos vehículos, las mismas armas y en muchos casos los mismos hombres.
Lo malo de mentir es precisamente el que quien miente una vez se expone a tener que seguir mintiendo para siempre bajo la amenaza que se descubra la primera de sus mentiras. Por eso Zapatero no puede ordenar que se honren a los seis soldados muertos en el Líbano con el distintivo para los fallecidos en acto de guerra y por eso sigue hablando del mantenimiento de la paz y por eso los medios de comunicación y los ciudadanos de a pie de este país discuten si nuestros BMRs deberían haber llevado inhibidores. Porque tenemos que borrar las mentira de que España se metió en la guerra de Irak y la mentira de que había que votar para echar a Aznar porque lo sucedido el 11-M tuvo su origen en el enfado de Al Qaeda con Aznar por habernos metido en esa guerra y la mentira de que Zapatero nos trajo la paz al retirar las tropas que teníamos en Irak. Todo lo que sea, mentira sobre mentira, para tapar la realidad: que Al Qaeda nos sigue matando en cuanto puede, con independencia de quien mande en España y quien ocupe La Moncloa.
Curri Valenzuela.