MADRID 7 Sep. (OTR/PRESS) -
Mariano Rajoy será proclamado candidato a la presidencia del Gobierno por su partido el próximo lunes y con ello, se espera en el PP, acabará la vida de la serpiente de verano más manoseada por los medios de comunicación esta temporada: la que trataba de buscar otros novios para el cargo.
La verdad es que nunca ha estado en cuestión el liderazgo de Rajoy o su candidatura para enfrentarse a Zapatero. También es cierto que se venden más periódicos y se logran mayores cuotas de audiencia audiovisual si se hacen quinielas entre los posibles líderes de cada partido. Y no deja de ser cierto que en el PP se han dado en estos meses de calor dos condiciones que han hecho posible esas quinielas: una, la anunciada vuelta a España de Rodrigo Rato; dos, la repetida postulación de Alberto Ruiz Gallardón para añadir a su cargo de alcalde de Madrid un escaño en el Congreso de los Diputados.
Lo de Gallardón no es nuevo. Todo lo que hizo este mes de agosto fue repetir en una entrevista lo que viene diciendo hace tiempo, que quiere "ayudar" a Rajoy a ganar las próximas elecciones presentándose junto a él. Y en el PP, el nacional y el de Madrid, se han molestado por lo inoportuno del momento y porque tanto énfasis en la palabra "ayudar" da la impresión de que Rajoy no podría ganar por sí solo, precisamente cuando los populares, que disponen de una reciente encuesta que les pronostica la victoria, creen que su líder podría llegar a La Moncloa sin ayudas de tanta envergadura.
Lo de Rato sí que ha sido una serpiente de verano. El ex vicepresidente económico anunció su vuelta a España para dedicarse a la empresa privada de manera inequívoca, pero muchos, dentro y fuera del PP, quisieron ver en su renuncia a dirigir el Fondo Monetario Internacional un deseo de moverle la silla a Rajoy. Nunca fue esa su intención. Y sus allegados han salido al paso de las últimas especulaciones aclarando que Rato no irá en ninguna lista electoral. De hecho, ni siquiera el presidente de su partido le ha llamado para plantearle esa posibilidad o para mantener una conversación de ningún tipo con él. Por tanto, no hay más candidato popular que Mariano Rajoy ni más cera que la que arde. Será él quien se enfrente a Zapatero en las próximas elecciones. Y luego, Dios dirá.
Curri Valenzuela