Actualizado 08/11/2007 01:00

Fermín Bocos.- Las amenazas de Rabat

MADRID 8 Nov. (OTR/PRESS) -

Amén de cristalizar como un vigoroso mensaje de apoyo político a nuestros compatriotas de aquellas dos ciudades, el viaje del Rey de España a Ceuta y Melilla ha servido de 'test' para saber dónde está cada uno en el tablero del gran juego estratégico que se libra entorno al control del Estrecho de Gibraltar.

El Gobierno de Rabat ha puesto el grito en el cielo llamando a consultas a su embajador en Madrid, lanzando soflamas irredentistas en los periódicos y movilizando a unos cientos de manifestantes para que protestaran por la visita de Don Juan Carlos y Doña Sofía a las "ciudades marroquíes ocupadas".

También, aunque de manera imprecisa, han lanzado una amenaza: España tendrá que atenerse a las consecuencias. Es, como digo, una amenaza difusa que, en cualquier caso, convendría que el Gobierno español no echara en saco roto. Marruecos tiene problemas internos de grandísimo calado. La casta que exprime al país vive una vida de privilegio que se compadece mal con la miseria que empuja a millones de pobres a emigrar -muchos de ellos, por cierto, a España-; los partidos islamistas ganan terreno y amenazan la estabilidad de un régimen cuya corrupción denuncian; el terrorismo salafista tiene células activas en el país; los rifeños se sienten abandonados; la operación de Palacio para quedarse con el Sáhara (un territorio que no pertenece a Marruecos), está en el aire; las relaciones con Argelia son tensas, etc,... En éste, contexto es muy fuerte la tentación de repetir -esta vez contra Melilla o Ceuta - una jugada como la de la "Marcha Verde" .

Por eso digo que el Gobierno español haría bien en reflexionar -y sacar las oportunas consecuencias- acerca de las veladas amenazas de Rabat.

Fermín Bocos.

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