MADRID 5 Abr. (OTR/PRESS) -
Tras la renuncia de Rodríguez Zapatero a ser el candidato del PSOE en las próximas elecciones legislativas -decisión de la que anticipamos noticia el pasado mes de febrero-, son muchas las cosas que han cambiado en el panorama nacional. En términos políticos, el futuro ya no es lo que era para casi nadie. No lo es, desde luego, para el mencionado Rodríguez Zapatero a quien la tanta veces anunciada y siempre retrasada recuperación económica, las encuestas adversas y las presión de los barones han forzado a tirar la toalla. También han cambiado las cosas para Pérez Rubalcaba a quien la posibilidad de recoger en herencia todo el poder -el sueño de toda una vida-, se le ha complicado porque la renuncia de Zapatero no ha sido el relevo que él esperaba. El mecanismo de las primarias no entraba en sus cálculos; ahora tendrá que pactar con Carme Chacón y pactar es ceder sabiendo que tal y como pintan las encuestas la edad y los tiempos de espera favorecen a Chacón.
Que ZP haya anunciado que se va, pero sin irse del todo, también le cambia el paso a Mariano Rajoy. Hasta ahora toda la estrategia del PP estaba basada en subrayar los desastres traídos por la gobernación de Zapatero. Era el responsable de la crisis, del paro y de tantas otras cosas. Dada la polarización y el personalismo que caracteriza la política española ahora la estrategia de los dirigentes populares tiene que redefinir el blanco de sus ataques. ¿Rubalcaba? ¿Chacón? Hasta que las urnas de mayo no revelen su secreto nadie saldrá de dudas. Tras un resultado muy adverso, el PSOE cerraría filas en torno a Rubalcaba para intentar salvar los muebles en las legislativas; si, por el contrario, conservan Extremadura y las alcaldías de algunas capitales, entonces es muy probable que se entregaran a la vorágine de unas primarias como instrumento de agitación y propaganda capaz de distraer al personal de los problemas de fondo traídos o acrecidos por la incapacidad de Rodríguez Zapatero. Lo que está claro es que tras el anuncio de la renuncia, a todos los actores sobre el escenario les han cambiado el guión. Nos aguardan días, tal vez un año, de incertidumbre e inestabilidad política.