MADRID 28 Abr. (OTR/PRESS) -
Bertolt Brecht enseñaba a los actores a distanciarse para mejor interpretar el drama. A Pasqual Maragall le han bastado unos meses de alejamiento del poder para llegar a la conclusión de que fue un error forzar lamaquinaria política para alumbrar con fórceps el nuevo "Estatut". Lo más lógico -ha dicho- habría sido reformar antes la Constitución. Sus palabras han venido a dar la razón a quienes señalaron que el "Estatut" violentaba la Carta Magna y han provocada reacciones muy diversas. Los ratoncitos que durante años vivieron a la sombra de Maragall se han apresurado a corretear por los medios periodísticos afines intentando inocular el mensaje de que estamos ante una nueva "maragallada" -una salida de tono-, una más ,del antiguo presidente de la "Generalitat".
Su sucesor, José Montilla, ha tratado de relegar la reflexión de Maragall al mundo de la arqueología: "no soy historiador"-ha dicho-.¿Maragall? ¿Quién es Maragall? Le han amortizado. Medraron con él y ahora le dan la espalda. La condición humana apenas depara sorpresas. Los rivales políticos de Maragall ( con Artur Mas a la cabeza) sí se lo han tomado en serio. Rodríguez Zapatero -que llegó a la secretaria general del PSOE gracias al apoyo del político catalán al que luego embarcó pactando con Mas- , de momento, calla. Veremos qué dice el Tribunal Constitucional. A Maragall le ha bastado con distanciarse para verlo claro.
Fermín Bocos.